2 de marzo de 2024

La Lucha Contra El Poder (1/2)

Clemente Terrero 


Poder, es la capacidad que tienen sectores políticos para imponer su dominio contra las fuerzas adversarias que se mueven en una nación. 

La fuerza dominante se vale de mecanismos efectores como: el poder de coerción, el poder mediático, el poder de persuasión y el poder del dinero, imponiendo su superioridad en los procesos. 

El poder de coerción permite a los sectores dominantes obligar a sus adversarios que se sometan a sus reglas, cuando no lo hacen son acusados de violación al orden establecido y le aplican el peso de sus leyes. 

Coerción es sinónimo de autoridad, fuerza, presión, opresión, imposición, represión, persecución y supresión de las libertades a los que no acatan las disposiciones que emanan desde el poder. 

El poder dispone de una estructura militar, policías, órganos de inteligencia, seguridad y un grupo de calieses dentro de las instituciones, informantes que amenazan a los trabajadores con suspensiones, cancelaciones y despidos. 

El poder mediático es el mecanismo mediante el cual se maneja la voluntad de la población. Se utiliza para manipular el pensamiento de la población. 

En la actualidad, el poder mediático tiene mucho alcance, debido a la aparición del internet, que sirve para la difusión masiva de informaciones, para engañar a la población, presentando la realidad como le conviene. 

Para estos fines, el poder contrata personas para formar un cuerpo especializado de profesionales que se encargan de hacer el trabajo. 

El poder de persuasión se centra en el dialogo, que funciona cuando hay diferencias, en ese espacio se vale del chantaje para convencer a los contrarios, haciéndolos responsables de los problemas que se puedan presentar si no se aceptan sus propuestas. 

La persuasión siempre va acompañada de la coerción como un mecanismo de ejercer presión en las negociaciones, presionan sutilmente para que no se sienta, pero en ocasiones lo hacen de manera abierta. 

El poder del dinero es el más usado por los sectores dominantes, con el que compran la voluntad de la gente y utilizado para comprar a los dirigentes, con el fin de debilitar las organizaciones contrarias. 

Para luchar contra el poder es necesario conocer su capacidad ofensiva y preparar un plan de acción inteligente para vencerlo.

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