He cumplido casi medio siglo en las aulas y doy fe y testimonio del papel transformador del maestro y de la escuela. Permanezco en las aulas porque mi apuesta es a la transformación de los sujetos sociales de mi entorno educativo y comunitario.
Por Rafael Nino Féliz
Las transformaciones de Singapur y de Vietnam no vinieron de la nada. El punto inicial de ambos procesos, y de eso podemos todos estar seguros, procede de una realidad educativa y cultural en la que los ciudadanos de ambas repúblicas se inspiraron para lograr el salto cualitativo y cuantitativo que necesitaban sus naciones para convertirse en lo que hoy son: dos ejemplos de países modelos y de auténtico desarrollo económico, social y cultural.
La escuela, la familia y el liderazgo político, fueron claves, pues ellos constituyen el soporte en la construcción de una nación, moralmente, basada en una verdadera ciudadanía inspirada e inspiradora. Como son los casos de Singapur y Vietnam. La primera, definida como un milagro; la segunda, como el modelo de nación más singular del mundo.
Cuando la
escuela y la familia tocan los corazones, los ciudadanos tienen mayores
posibilidades de alzar más altos sus vuelos. El propio amor al prójimo se forma
en el hogar. Este hogar siempre será una escuela que se asume con el más
profundo sentimiento de compromiso patriótico. En este sentido, nadie como la
mujer, la madre, puede sembrar tan profundamente la semilla del bien y del
amor.
Pero también
la escuela constituye un santuario, un espacio de terapia espiritual para un
buen maestro. He cumplido casi medio siglo en las aulas y doy fe y testimonio
del papel transformador del maestro y de la escuela. Permanezco en las aulas
porque mi apuesta es a la transformación de los sujetos sociales de mi entorno
educativo y comunitario; y porque, de igual forma, también estoy seguro de que
podemos ayudar a cambiar muchas cosas en la UASD, y está claro, sobre la base
de su misión, filosofía y los portes evidentes que hace, para ella y el país,
cada rector y cada gestión determinada en la academia. Lo que podemos hacer los
maestros, desde las aulas, es grandioso para la nación.
¿Adónde
aprendieron el amor y la solidaridad los jóvenes que salvaron, a mucho riesgo,
la vida de una joven mujer que intentaba lanzarse al pavimento desde una de las
estructuras de la obra del ingenio de un ingeniero o ingeniera, ubicada en la
Avenida 27 de Febrero y la Avenida Dr. Defilló?
Termino este
trabajo, para ilustrar, citando las palabras de Abraham Carrión, uno de los
héroes del hecho narrado: "…cuando yo bajé ahí, a mí se me fue hasta el
alma; en verdad… veo que nadie hace nada… y yo pienso 'hay que salvar la vida
de esta muchacha…"
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