20 de junio de 2021

¿Pueden los Niños Vacunarse Contra la Covid-19?

Por Clemente Terrero* 

Es interesante todo lo que hemos vivido y aprendido de las vacunas de Covid, la preocupación de la población, los mitos y los tabúes que se han generado en medio de la pandemia. Pero con todo esto, hemos avanzado, venciendo obstáculos y saliendo poco a poco adelante con la vacunación.

La población ha ido tomando conciencia. En estos momentos podemos decir que la gente tiene más claro el valor de las vacunas en la prevención de las enfermedades, y eso es un gran logro para la medicina preventiva.                                                                               

Sabemos que la mayor aplicación de las vacunas en el mundo en este momento es en la población infantil, en los niños, porque son los que tienen más riesgo de padecer infecciones, ya que su organismo es susceptible a esos procesos. El riesgo es real no es un invento.

Pero, si eso es así, ¿Por qué no se había decidido administrar la vacuna de Covid-19 a los niños?

Las razones son varias, la primera es, que los más atacados por este virus han sido las personas mayores, en términos de infección, gravedad y muerte, por tanto es el grupo al que había que proteger, esto es valedero y entendible.

La otra razón es, que los estudios que se han realizado hasta ahora para medir la eficacia y las reacciones adversas de estas vacunas se ha centrado en los adultos, y sucede que para ser autorizada hay que cumplir con un  principio ético en medicina, que exige que los medicamento o las vacunas para ser administrados a los seres humanos deben pasar primero por un proceso de comprobación de que no produzcan daños a su salud ( primiun non nocere ).

Para que los niños sean tomados en cuenta en el plan mundial de vacunación, debe cumplirse estrictamente dicho principio, realizando los estudios que demuestren la eficacia y las reacciones adversas en los mismos, pero esto no se había hecho. Obviamente que en algún momento eso tenía que suceder y una vez agotado ese proceso se podía tomar la decisión.

La última razón, no de menos importancia, son los mitos, tabúes y las corrientes de opiniones negativas, vertidas por los grupos an-tivacunas tratando de inculcar a la población que las vacunas de Covid son dañinas a la salud y que producen efectos catastróficos en el organismo de las personas. Imagínense si se hubiera mencionado en ese momento la idea de vacunar a los niños.

Reconocemos que el retraso en la comprobación de la eficacia y las reacciones adversas de estas vacunas en los niños ha sido una limitante para iniciar su aplicación, aunque confiamos todo el tiempo que en algún momento esta limitación tenía que ser resuelta. De hecho, China se presta a iniciar la aplicación de la vacuna Sinovac a los niños mayores de 3 años de edad. Parece que ellos han resuelto ese dilema científico, porque entienden que los niños corren el riesgo de adquirir la infección y desarrollar enfermedad grave, como ha estado sucediendo en la mayoría de los países.

No está demás decir a su favor, que estas vacunas tienen propiedades inmuno-antigénicas similares a otras vacunas virales que se aplican a todos los niños del mundo con el fin de prevenir enfermedades como el sarampión, rubeola y la parotiditis, las cuales no tienen efectos adversos importantes en su salud.

No hay razones valedera para tener ningún temor a la aplicación de las vacunas de COVID- 19 a la población pediátrica, solo hay que agotar los procesos de investigación, experimentación y, manos a la obra.

Los niños también deben ser vacunados, de acuerdo a su edad y condición de riesgo.

*El autor es infectólogo, director del Hospital Infantil Robert Reid Cabral.-

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