Por Nélsido Herasme
Esta palabra no debe ponerse en boga en este momento, porque el
pueblo dominicano está viviendo tiempos difíciles, soportando sobre sus hombros
los embates de una pandemia, la que no se sabe cuando terminará.
Recuerdo a Joaquín Balaguer cuando quería adornar los desmanes y
las atrocidades cometidas por algunos funcionarios mientras ocupó la
presidencia de la República.
Una vez se le preguntó al ex mandatario que si en su gobierno
había corrupción y él contestó que sí, pero que esta se detenía “en la
puerta de mi despacho”.
Ahora mismo, el país cuenta con recursos económicos y humanos
para enfrentar el Covid-19, sin necesidad de que de en una institución
oficial se tenga que hacer negocios turbios y fraudulentos con el fin de
funcionario alguno llevarse unos cuantos pesos entre las uñas.
Cómo es posible que en el marco de la crisis de salud que
padecemos, la población también tenga que colocar sus ojos en los indelicados
manejos de los recursos del Estado.
Hace poco, el Ejecutivo canceló a los principales
funcionarios del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia
(Inaipi) porque
cometieron violaciones a los procedimientos de la Ley de Compras y
Contrataciones, decisiones que fueron motivadas tras denuncias de
irregularidades en el proceso de la compra de 40 mil kits de alimentos.
Y no ha pasado el tiempo debido
para que se le borre este acto de corrupción, cuando ya asistimos a otro
bochornoso caso, consistente en irregularidades en las
licitaciones del gobierno en compras para enfrentar el Coronavirus, la que
involucra a una empresa que ya antes estuvo envuelta en un escándalo parecido. Ante esta situación, el
ministro de Salud Pública reacciona molesto por la denuncia detectada en las
licitaciones de compras de esa institución.
Conociendo al doctor Rafael Sánchez Cárdenas,
nadie puede dudar de su inquebrantable honestidad, pero ministro, debe cuidar
su entorno, porque alguien, a sus espaldas, quiere abandonar el poder con las
árganas llenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.