Por Rafael Hernández

Cada ayuntamiento con tres
a cinco regidores según la población del municipio.
Es la única manera de
acabar con esa plaga de vividores políticos.
La JCE debe legislar para que no
haya más de tres partidos, ya que esa es otra plaga de vividores de la teta
nacional, esos partiduchos no van a ninguna parte, que se refundan con los
tres, porque toditos juntos, esos partiduchos no llegan a tener más que un 5 o
6 por ciento del electorado nacional. Son mafias políticas con las cuales hay
que acabar para comenzar a limpiar este país. Si de verdad queremos un país
libre de corruptos y corruptores.
Si de verdad queremos una democracia participativa, debe introducirse en la
Constitución la figura del Revocatorio. Enseñar a los políticos a preparar un
plan de trabajo y presentárselo a los electores. Político electo que no cumpla
dicho plan debe ser sustituido y colocar su 1er. suplente y si el suplente
tampoco cumple, el segundo suplente, no se atreverá a fallar. El presupuesto
del Ayuntamiento debe administrarse sin repartos, sin privilegios y sin
compromisos con empresas que administren capítulos internos, llevándose grandes
porecentajes de los ingresos municipales y evitando que ese dinero sirva para resolver
la problemática de la institución.
Igual con las juntas municipales y los
excesos de empleados y supuestas ayudas que otorgan por compromisos políticos.
Capítulos como educación y cultura, deben ser prioritarios. Aplicar multas por
violación a la sanidad y esparcir basura en las vías públicas, generará fondos
para dedicarlos a la educación del pueblo. Que se establezca por Ley la celebración de los Cabildos abiertos (sesiones) con representativos de toda la comunidad
(nadie fijo, sino rotando), para que las decisiones municipales respondan a las
auténticas necesidades del pueblo.
Quitar los legisladores de ultramar, que
nada aportan, y constituyen un gasto supérfluo. Reducir al mínimo el servicio
exterior y dejemos de financiarle turismo a tantos vagos en el extranjero.
Sacar las fortalezas de los pueblos del interior y llevarlas a los pueblos
costeros y fronterizos. Que la Policía nacional sea convertida en una Guardia
Nacional, para las funciones propias de ese tipo en todo el mundo. Que la
policía municipal tenga su cuartel y el número de agentes para el mantenimiento
del orden público. Que las cárceles se conviertan en talleres donde los presos
ganen su comida y dormitorios decentes con la venta de sus productos y dejen de
ser almacenes de vagos y universidades del delito.
En fin, necesitamos un Foro
Ciudadano sin dietas siquiera, que se reúna a estudiar las salidas y soluciones
a la problemática nacional, si queremos seguir siendo una nación con la vista
puesta en el futuro y proteger como queremos nuestra soberanía, sin ninguna
presión extranjera.
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