Aprendí
Por Alcibíades Peña Escalante
Aprendí, aprendí que necesariamente no son honestos todos aquellos que
abrazan tus logros... Aprendí, que detrás de muchos fingidos aplausos,
se esconden seres viles, de espurios motivos y mezquinas diatribas, todo
con el fin único de negar el éxito ajeno, ese del que muchas veces y
bajo el descaro de la más burda desfachatez, se pretenden apropiar,
ignorando con asumido donaire, la miseria misma de su propio destino,
aquel que al final del camino los espera... para su justa recompensa!
Aprendí, que ante los ojos infaustos del egoísmo cual maquiávelico
discípulo, la falsa se desnuda y se hace más que latente al mostrarnos
con su andar... sus disimulados propósitos!
Aprendí, que hay luces que se apagan mucho antes de encender, que hay
luces que sólo brillan en el interior de vidas opacas, otras que se
quedan para siempre flotando por allí, en el oscuro firmamento de
lúgubres laberintos, donde rémoras humanas se aferran en su afan a
causas inciertas... y fracasadas!
Aprendí, que muchas veces es mejor no saber nada, que es mejor no tener
la razón y evitar los abrazos y los aplausos fingidos y existir por ahí
tal cual como lo hace el aire, que aunque no se ve ni se toca, se sabe
que está presente y que todos... lo respiran!
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