30 de agosto de 2018

REFLEXIÓN

Aprendí


Por Alcibíades Peña Escalante



Aprendí, aprendí que necesariamente no son honestos todos aquellos que abrazan tus logros... Aprendí, que detrás de muchos fingidos aplausos, se esconden seres viles, de espurios motivos y mezquinas diatribas, todo con el fin único de negar el éxito ajeno, ese del que muchas veces y bajo el descaro de la más burda desfachatez, se pretenden apropiar, ignorando con asumido donaire, la miseria misma de su propio destino, aquel que al final del camino los espera... para su justa recompensa!

Aprendí, que ante los ojos infaustos del egoísmo cual maquiávelico discípulo, la falsa se desnuda y se hace más que latente al mostrarnos con su andar... sus disimulados propósitos!

Aprendí, que hay luces que se apagan mucho antes de encender, que hay luces que sólo brillan en el interior de vidas opacas, otras que se quedan para siempre flotando por allí, en el oscuro firmamento de lúgubres laberintos, donde rémoras humanas se aferran en su afan a causas inciertas... y fracasadas!

Aprendí, que muchas veces es mejor no saber nada, que es mejor no tener la razón y evitar los abrazos y los aplausos fingidos y existir por ahí tal cual como lo hace el aire, que aunque no se ve ni se toca, se sabe que está presente y que todos... lo respiran!

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