Cuando todo vale
Por Carlos Darío Sousa S.*
La libertad del albedrío sin ningún tipo de condicionamiento.
Lo que hace
sociables a los hombres es su incapacidad para soportar la soledad.
Leía,
hace unos días, que lo que hace vieja a una persona es el miedo. Si no, no se
entiende la actuación de tantos lamerrabeles.
Y
las camisetas y los chalecos de kevlar.
Y
la parafernalia de seguridad que le acompaña.
Cuando
te obligan a pasar por el arco sin distinción. Con un “por aquí”, obligatoriamente,
estúpidamente de entrada y salida.
Cuando
te registran, casi como violación.
Cuando
toman tu casa o el lugar de trabajo como si fueran dueños.
Cuando
tienes que construir escaleras de entrada o de escape.
Cuando
rompes los setos de la jardinería, no porque no te gustan, sino por pasarle por
encima a los propios.
Cuando
el lenguaje subliminal del lobby, el de ambición, esperanza, constancia, clemencia, pasan a segundo plano.
La
Alemania Nazi y la KGB construyeron infinidad de muros. Hay
algunos que los quieren imitar.
El
“Triunfo de la Voluntad” fue, es, un documental sobre el mesianismo y la subida
del nazismo y su consolidación en el poder.
El
“Triunfo del Líder”, casi mesiánico, es un camino al que asistimos, casi
enculillados, a su construcción por encima de cualquier fuero, ley, cuando su
presencia se convierte en una innecesaria ocupación.
Tite
Curet Alonso compuso “Teatro”, que el día de marras no la cantó Yoli Raymond,
pero sí había mucho “atrezo” y cartón piedra.
Cuando
te sacan, así dicho, por seguridad, de tu espacio, porque sí, casi como
sugerencia para que te conviertas en “claque”.
Cuando
no valen las condiciones para ejercer decentemente tu trabajo, cuando el otro
es el que juzga qué tienes o no que hacer.
Lo
del martes, casi como trece, es sólo una ficción. Un horror, una pesadilla. Jason
Vorhees y Freddy Krueger se quedan cortos
en el cercenamiento de tus libertades.
Lo
que nos puede esperar, en la ficción futurista, irreal, como tomadura de pelo, sin
hablar de costo, con esos planteamientos y esas actitudes, es como para irnos al carajo.
El
Cyclán, y otros, llegaron: “Cargados de falsedades parecen otros procesos: hay
cyclanes de lacayos; hay quien lleva paje y medio”
A
lo mejor las gomas de la entrada fueron dejadas, por algún lacayo, ex profeso,
para justificar toda le represión posterior.
Todo
es posible en la ciencia de lo posible. Es la Ciencia del Poder.
Con
razón decía François Ravel, que “La primera de todas las fuerzas que dirigen el
mundo es la mentira”.
El
tumbar el pulso es sólo un juego de niños. El de los demás, es
una sórdida, calladita, organizadita, lucha por el Poder.
*El autor es catedrático universitario.-
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