9 de marzo de 2017

A PROPÓSITO DEL DESARROLLO

Bulevar Turístico del Malecón

Por Rafael Matos Féliz

Esta obra fue una travesía consensuada por la mayoría de las organizaciones que hacen vida en la provincia y más especialmente, en el municipio de Barahona. Se comenzó a visualizar a partir del 2004 y su propuesta fue objeto de un reglamento que fue aprobado por la Sala Capitular de la Alcaldía local.  En su primer pre diseño participaron la JICA de Japón, la oficina de Ordenamiento Urbano del Ayuntamiento y el CURSO-UASD.

Se previó una Marina de Yates en el Cayo y sus alrededores, área de baños en la zona de la llamada Casita Blanca, zona de esparcimiento en todo el trayecto desde el Cayo hasta la Comandancia de la Marina de Guerra. Convertir el puerto local en terminal turística y trasladar las actividades industriales hacia otro lugar, más adecuado y seguro.  Se previó conectar el bulevar, por medio de dos avenidas laterales, una de tránsito liviano y una Avenida de la Salud, a continuación de la Ciudad Universitaria.

Se hicieron todas las diligencias para que la Secretaria de Turismo se interesara por la indicada propuesta y no fue hasta el 2008 cuando nos visitó el Secretario Francisco Javier García. En el encuentro realizado con este funcionario, se le explicó todo lo relacionado con el Bulevar y las propuestas consensuadas para el desarrollo del turismo sostenible en la provincia y región, es decir, turismo de naturaleza, deportivo, comunitario y de rutas y senderos, entre otros.

Nuestra sorpresa fue grande cuando escuchamos al Secretario decir que él no sabía que en Barahona se apostaba a un turismo diferente al de Sol y Playa y al Todo Incluido. No sabemos qué cosas le habían dicho los diferentes directores o encargados de turismo en la zona, pues admitió que no tenía idea de qué cosas queríamos aquí. Es bueno señalar en esta parte, que el tipo de turismo que le planteamos, derrama muchos beneficios a las comunidades y la cadena de valor beneficia a todos, pero que al mismo tiempo, ese tipo de turismo no necesita “engrasar” las ruedas oxidadas de los corruptos.

Pensamos que ahí estaba la clave de la desinformación en que se había mantenido al Secretario (hoy Ministro) sobre el tipo de turismo que Barahona y la Región necesitan. Para el 2009 sostuvimos un gran encuentro con los técnicos de Turismo del nivel central y acordamos todo lo relacionado con el Bulevar, sus características, alcances y además la Secretaría adicionó elementos que no habíamos consensuado, como un teleférico.

Ya para el 2011 se le dio inicio a la construcción del Bulevar y ahí conocimos que se había dividido en dos partes: un parque litoral y el bulevar, y que este último ahora llegaba hasta el empalme de la avenida Enriquillo con la carretera Barahona-Paraíso. Quisimos participar como veedores de la construcción, y la compañía que se contrató (ECOCISA), nos impidió esa labor y se hacían los chivos locos a todo tipo de planteamientos. A pesar de eso, hicimos (la Alianza Estratégica) una evaluación técnica a la obra y encontramos que la misma era un verdadero tollo. Hasta el punto que muchas intervenciones se hicieron a la “brigandina”, sin criterios técnicos, con baja calidad, a pesar del alto costo.

Entregamos un informe al ahora Ministerio y a CEIZTUR, sobre los hallazgos, y se nos vio como enemigos del Ministerio y como unos provocadores. No valieron razones ni realidades, la construcción siguió tal como se había iniciado y así mismo concluyó. Los drenajes, las aguas negras, los lineamientos de infraestructura, las imprevisiones, la baja calidad de la obra, en fin, todo siguió tan campante como Johnny Walker, el caminador.

La obra nunca fue inaugurada y desde hace un tiempo se observan deterioros en todo su trayecto, así como en las obras y áreas. Sumado a eso, se observa mal uso de algunos visitantes, así como la sustracción de equipos y materiales. Además, algo que pronto será un dolor de cabeza, es la arborización con las palmeras. Se planteó, desde el inicio, que los cables eléctricos del tendido, que van hacia Villa Central (incluidos los de alto voltaje) fueran soterrados; pero eso no fue posible, porque dizque se gastaban 9 millones de pesos más. Al crecer las palmeras, ¿Qué vamos a hacer? ¿Cortarlas?

Otro nuevo dolor de cabeza. Ahora se le empalma al bulevar una “circunvalación interna” y se dice con, “aparente orgullo y desparpajo”, que eso aliviará el tránsito en el casco urbano, porque ahora los vehículos pesados van a pasar “todos” por el Parque Litoral y el bulevar.

¡Que vivan los beneficios y el “desarrollo” de los buscavidas de siempre!

Nos vemos en otra entrega,

Rafael Matos Féliz

Por el Desarrollo Sostenible

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