Alta temperatura en la lucha Danilo/Leonel por el PLD
Por Juan Bolivar Díaz
Aunque
sectores de oposición esperan que la lucha entre los peledeístas se desmadre
como ha ocurrido tradicionalmente en el Partido Revolucionario Dominicano
(PRD), una de las prendas con que el profesor Juan Bosch adornó su último
partido es un sentimiento grupal que le dificulta romper el consenso, y ese es
uno de los legados al que no han renunciado pese al abandono de los principios
fundamentales del boschismo.
Hay
hostilidades entre danilistas y leonelistas, pero siguen cuidándose las formas
y el presidente Medina sigue sin dar señales de que aspirará a una nueva
postulación, consciente de las dificultades de reformar la constitución, lo que
es imposible sin un acuerdo con Fernández, quien a su vez impulsa el
lanzamiento oficial de su precandidatura, aunque hay quienes creen que
esperaría una no objeción del mandatario.
En su
último discurso, en un almuerzo con dirigentes peledeístas de la región sur,
celebrado en Baní el 21 de diciembre pasado, Leonel proclamó que “el gran
desafío del PLD es preservar la unidad para seguir obteniendo triunfos
electorales”. Con los niveles de rechazo que le registran las encuestas para él
sería un suicidio una ruptura con el poder que representa Medina y lo mismo
para éste culminar su período de gobierno sin una fractura en el partido.
Ofensiva reeleccionista. Pero con o sin respaldo del presidente
Medina, entre sus seguidores crece la expectativa de abrir campo a la reforma
constitucional, convenciendo a la mayoría de los dirigentes peledeístas de los
riesgos de perder el poder si desaprovechan los niveles de apoyo que sigue
teniendo Danilo, con hasta 70 por ciento de la población favoreciendo su
repostulación en las encuestas, para irse con una candidatura de Leonel, quien
afronta un alto nivel de rechazo, también en las encuestas, aunque sigue siendo
un fuerte contendiente.
Se dice
que cada vez son más los dirigentes que se inclinan por el “camino seguro”,
incluyendo una mayoría del CP que es donde tendría que decidirse si se auspicia
una nueva reforma constitucional. De sus actuales 35 miembros, los danilistas
contarían con el “voto duró de una veintena”, y en cambio los leonelistas no
pasarían de la decena, mientras los demás oscilarían. “Pero todos quieren
seguir en el poder”.
En este
sector la estrategia busca ganar tiempo para ver si Danilo se decide, impulsado
por el incremento de las “dificultades de Leonel”, incluyendo la posibilidad de
que le caiga un rayo procedente del exterior, con otros escándalos
internacionales como el de los aviones Tucanos destapado en septiembre por el
periódico Wall Street Journal. Se cita una investigación sobre venta de
tecnologías para el metro, investigaciones sobre tráfico de drogas,
derivaciones del caso Quirino en manos de autoridades norteamericanas y
suspensión de visas a allegados del expresidente. Esperan también mayores
consecuencias de los pesados expedientes contra las “alcancías de Leonel”,
Félix Bautista y Víctor Díaz Rúa, aún reconociendo que la agradecida Suprema
Corte de Justicia dictará no ha lugar para procesamiento.
Los más decididos. Entre los más abiertos promotores de la
repostulación figuran el director del Indotel, Gedeón Santos, quien ha formado
equipo y oficina, y los miembros de la CP Felucho Jiménez y Ramón Ventura
Camejo. Este ha pedido públicamente la convocatoria de ese organismo para que
se discuta la reforma constitucional. También la han favorecido ministros como
el Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta; el de Obras Públicas,
Gonzalo Castillo, y el asesor presidencial, no peledeísta. Tony Isa Conde.
Se
afirma que “la Otán”, como se denomina al grupo más tradicional del PLD,
encabezado por Euclides Gutiérrez, Monchy Fadul y Francisco Javier, se
inclinaría por Danilo, si éste da una señal. Se cuenta con que si se decide en
el CP los legisladores tendrían que acatarlo, pero ahí comienzan los riesgos de
fractura, porque Leonel cuenta con apoyo de la mitad de los senadores y de los
diputados. Y leonelistas creen que, según el artículo 19 de sus estatutos, el
CP es sólo el “órgano ejecutivo del Comité Central”, por lo que una decisión de
esa naturaleza tendría que decidirse en el organismo superior.
Aún
consiguiendo la unanimidad de votos de los peledeístas y sus aliados, habría
que buscar unos 7 en los dos sectores en que se ha dividido el perredeísmo, lo
que no parece imposible, por votación o ausentismo. En la elección del 2010
ellos acumularon 102 diputados, de los que han perdido a Minou Tavárez Mirabal
y Guadalupe Valdez, y 31 senadores, por lo que ahora totalizan 131 votos, que
suben a 141 si logran los diputados y el senador del Partido Reformista. La
asamblea para una reforma constitucional la integran 190 diputados y 32
senadores, totalizando 222 votos. Dos terceras partes son 148, en el caso de
que asistan todos.
Pacto de alternabilidad. Hay quienes creen que la vocación de poder
del peledeísmo terminará imponiendo un pacto de alternabilidad entre Danilo y
Leonel, partiendo de que ningún partido amenaza su predominio, como camino más
seguro para mantener la unidad y para que el actual mandatario pueda concluir
su período sin mayores confrontaciones internas y sin tener que apelar a
modificar la Constitución que ellos mismos aprobaron en el 2010.
Se ve
al presidente Medina empeñado en mantener su alta aprobación, con temor a los
conflictos, pretendiendo ganar el partido con canastos de tres, sin arruga, y
sin dar codazos bajo el aro para coger los rebotes y rematar. Por eso los
leonelistas se plantean salir adelante oficializando la precandidatura de su
líder, quien no es ningún improvisado y tiene la gratitud de gran proporción de
su partido por el poder y la prosperidad acumulada.
Con
Leonel Fernández proclamado precandidato y en campaña, las maniobras en su
contra serán más difíciles y los temores a la división forzarían el pacto de
alternabilidad, en el que Danilo recibiría una gran cuota de legisladores que
le obligue a apoyar sin reservas la campaña del partido y le garantice la
vuelta al poder en el 2020, por la popularidad en que terminaría. Desde luego,
contando con la dispersión de la oposición y salvo errores u omisiones. Al fin
de cuenta Fernández ha planteado que reinarán hasta el 2044.
La decisión de Leonel
Nadie
duda que Leonel tiene una firme decisión de buscar la candidatura presidencial,
aunque mantiene suficiente racionalidad para advertir sus dificultades. Pero él
cuenta con que la oposición no amenaza al PLD para deshacer el argumento de que
tienen que irse con Medina por ser el más seguro en la coyuntura. Le favorece
la lucha interna que comienza en el nuevo Partido Revolucionario Moderno, entre
Hipólito Mejía y Luis Abinader, por la candidatura presidencial. Plantean que
ganaría Hipólito, al que ven como presa más fácil por sus presuntas debilidades
y las capacidades de Fernández.
Los
leonelistas no parecen resignados a dejarse vencer por los danilistas, razón
por la cual adelantan gestiones y amarres, ayudados por la indecisión del
mandatario y por la convicción general de no lanzarse contra alguien que puede
volver a ser candidato presidencial y presidente de la nación. Esto incluye a
peledeístas y sectores externos, aún de los que temen lo que significaría un
Leonel reivindicado por los votos después del desastre fiscal en que dejó el
país y los destapes de la gran corrupción y dispendio de su gobierno.
Expresión
de que los leonelistas no están durmiendo podría ser la manipulación que hizo
el presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, de las observaciones
presidenciales al Código Penal, que modificó e hizo aprobar al vapor,
enviándola directamente al Presidente, quien promulgó una ley cuya modificación
no pasó por el Senado. Se consultó previamente al mandatario, pero fue una
iniciativa que le impusieron en desconocimiento de sus planteamientos sobre el
aborto terapéutico y por violación.
En
círculos políticos se preguntaban esta semana si la inasistencia de la
vicepresidenta Margarita Cedeño al acto protocolar de saludos de año nuevo,
pretextando “compromisos familiares”, no sería un mensaje de su esposo Leonel
Fernández, de que hay que tomarlos en cuenta para que no se ponga difícil la
jugada.
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