EXPRESIONES

De un solo lado

Por Tomás Aquino Méndez

En la enmarañada sociedad dominicana ha surgido un segmento “omnipotente” que se cree tener siempre la razón y estar facultado para agredir, zaherir y desacreditar a todo el que no le cae bien. Si alguien de los que favorece la penalización del aborto, por ejemplo, se refiere a uno de esos intocables, se le acusa de soberbio, inepto y troglodita.

Si en cambio del lado intachable uno de los pro-aborto agrede con un bastón a otro del bando contrario, entonces es una acción para elogiar, es en defensa de la verdad y un hecho por el derecho a la

libre expresión. Si se agrede a una dama con palabras estridentes frente a un hotel donde un expresidente dicta una conferencia, esa gente es necia, torpe y soberbia. Pero si del otro lado, no importa si es sacerdote, insulta a otra mujer --sin importar si es senadora-- acusándola de ladrona y vagabunda, entonces hay que reírse y resignarse porque “esas son cosas de de la democracia”.

Igual pasa con el área judicial. Si un juez, amparado en las leyes del país, toma una decisión que favorece en un momento a alguien acusado de corrupción, por no encontrar pruebas en su contra, lo tildan de vendido y corrompido, pero si ese mismo juez condena a esa persona, entonces es un hombre honesto y respetable.

Pasa también con los comunicadores. Hay algunos que se sienten en facultad para acusar todos los días a quien se les antoje, desacreditar y agredir con palabras de todo tipo. Pero si alguien osara siquiera referirse a uno de esos comunicadores “intachables”, entonces es acosado y amenazado con someterlo a la justicia.

Por ese camino no vamos bien. Como dijo Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Debemos ser respetuosos del derecho que tienen los demas a expresarse.

Por eso hay que reclamar a quienes se consideran limpios y pulcros, que tienen que ser comprensivos, que acepten también los cuestionamientos que se les hacen y que aprendan a respetar a su adversario. Todos tenemos derecho a vivir en paz en nuestros hogares, en nuestros trabajos y a circular libremente por las calles de este país. Esos que se creen los impolutos, intachables y voceros de TODOS, tienen que entender que no tienen siempre la razón y que la verdad nunca ha estado de un solo lado.