Por Bienvenido Heredia
A raíz de un breve video que compartí con algunas personas respecto a la lectura al derecho y al revés de las propuestas que hacen nuestros políticos en tiempos de campaña, una de la personas que observó dicho video, hizo la siguiente reflexión:
"Creo que tenemos que inventar una filosofía política intermedia, que no sea ni de la izquierda ni de la derecha (un intermedio)".
Eso me lo comentó una señora de más de 60 años, amiga y compañera de trabajo durante mucho tiempo.
Y dijo más: "Esto es a sabiendas de que los partidos no ejercen la política como ciencia, ejercen un politiquería salvaje, sin espiritualidad, lo cual crea:
1.-Dependencia; 2.-Más pobreza; 3.-Se enriquecen unos pocos; 4.-Crean vendas de poder, creen que están por encima del pueblo; 5.-Venden la Patria con acuerdos por debajo de la mesa; 6.-Son gobiernos serviles a los poderes transnacionales; 7.-Negocian nuestras riquezas por cheles".
Me quedé de una sola pieza y sólo atiné a decirle:"Me encanta la idea, la pena es que ya no tenemos mucha gente con esa disposición y capacidad de entregar parte de su tiempo a las causas nobles. Además de los bombardeos de antivalores a que nos tienen acostumbrados por los diferentes medios de comunicación, para que la juventud esté cada día más anonada y pensando en bobadas".
Seguiremos los ilusos pensando en hacer cosas que quisimos hacer y no pudimos, que quisimos ser y no fue, porque ya no tenemos posibilidad de conquistar jóvenes, y los jóvenes no están en capacidad de conquistarse ellos mismos para esas causas que hace mucho están siendo obviadas.
Para muestra de lo que digo, sólo falta echar un vistazo a varios programas alienantes que se producen por plataformas virtuales, pero que diferentes medios de comunicación muy "formales", hacen lo posible por ponderarlos como los mejores ejemplos para el cambio de conducta de nuestra juventud.
Vale más el influencer que dice soeces e invita a la inmoralidad, que la educación y el respeto a los valores familiares, morales y patrióticos.
Así andamos, querida amiga y queridos lectores. Así andamos.
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