Por Dr. Clemente Terrero
Un mercado, por definición, es un sistema de transacciones donde interactúan la oferta y la demanda. En el ámbito político se produce una dinámica similar: los candidatos ofertan propuestas y los votantes demandan soluciones a sus necesidades. A esta relación de intercambio se le conoce como mercado electoral.
En sociedades democráticas dicho mercado suele ser relativamente estable, ya que el ejercicio del voto se realiza con mayor libertad, al existir bajos niveles de presión, coerción o amenaza.
Sin embargo, esta lógica no siempre se reproduce de igual manera en los espacios gremiales.En el Colegio Médico Dominicano, el mercado electoral presenta características particulares: es complejo, vertical, volátil y vulnerable. Esto se debe a que los médicos que laboran en el sistema de salud se encuentran insertos en una estructura jerárquica de la cual dependen laboral y profesionalmente, lo que puede condicionar su comportamiento electoral.
Esa jerarquía, en muchos casos, resulta determinante en los resultados finales de los procesos electorales gremiales. No es extraño que algunos actores utilicen ese poder estructural para obtener ventajas, afectando la equidad y la transparencia del proceso.
Entre los factores que inciden en el mercado electoral del Colegio Médico se encuentran los partidos políticos, que suelen respaldar candidaturas alineadas con sus intereses, orientando a sus simpatizantes dentro del gremio.
Asimismo, el gobierno con su poder puede ejercerse desde las instituciones públicas, mediante presiones, advertencias o amenazas a veces sutiles, otras explícitas, con el objetivo de influir en la dirección del gremio.
También pesa la jerarquía existente en las residencias médicas. La dirección del Consejo nacional, los coordinadores y los jefes de enseñanza, responsables de evaluaciones y promociones, ocupan posiciones que pueden incidir directamente en la libertad del voto de los médicos residentes.
Por otro lado, en los hospitales públicos, directores, subdirectores y jefes de servicio, pueden influir indirectamente sobre médicos ayudantes a través de relaciones de dependencia laboral.
Desde una perspectiva sociopolítica, este contexto permite afirmar que el mercado electoral del Colegio Médico Dominicano forma parte de un sistema de salud con rasgos autoritarios, donde el control jerárquico limita el ejercicio pleno de la voluntad individual y debilita la democracia gremial.
En un plano propositivo, resulta imprescindible avanzar hacia un modelo más democrático y autónomo, que garantice procesos electorales libres de presiones políticas y administrativas.
Fortalecer la independencia institucional, promover la transparencia y proteger la libertad del voto, son condiciones esenciales para que el mercado electoral refleje, de manera auténtica, la voluntad de los médicos dominicanos.

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