2 de septiembre de 2025

¿Es más Importante la Movilidad de una Ciudad, que los Servicios Básicos de una Nación?

Por Ernesto Heredia

A propósito del anuncio hecho por el presidente de la República Luis Abinader,  de hacer un monorriel que conecte el Distrito Nacional con Santo Domingo Este, nos surge la siguiente interrogante. ¿Es más importante la movilidad de una ciudad, que los servicios básicos de una Nación?

Mientras el país sigue apagado, con alimentos caros, falta de agua potable en gran parte de la población, el presidente se enfoca en anunciar una obra que sólo beneficiaría una pequeña parte de los dominicanos.

Es innegable que la movilidad urbana constituye un reto para cualquier ciudad en crecimiento, pero no menos cierto es que la verdadera prioridad de un Estado debe ser garantizar primero las condiciones básicas de vida de su gente.

¿De qué sirve un moderno monorriel si miles de hogares permanecen a oscuras por los apagones? ¿Qué sentido tiene hablar de innovación tecnológica cuando las amas de casa no tienen agua para cocinar o limpiar, y cuando el salario de un trabajador apenas alcanza para comprar lo esencial?

Cada peso que se invierte debe traducirse en calidad de vida para la mayoría, no en infraestructuras diseñadas para adornar discursos políticos. La verdadera modernidad empieza por garantizar que ningún dominicano se acueste con hambre, que ningún niño falte a la escuela por falta de recursos y de aulas, y que ninguna familia tenga que elegir entre comer o pagar la factura eléctrica.

Un gobierno responsable no debe deslumbrarse con grandes obras que generan titulares, sino atender las demandas cotidianas de quienes cada día luchan por sobrevivir.

El monorriel puede esperar, lo que no puede esperar es el hambre, la sed, la salud y la educación de un pueblo.

El desarrollo no se mide únicamente en infraestructuras llamativas, sino en la capacidad de un país de garantizar dignidad y bienestar a todos sus ciudadanos.

Hoy, la pregunta que debemos hacernos no es si necesitamos un monorriel, sino, si estamos construyendo una nación verdaderamente justa y equitativa.

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