21 de agosto de 2025

En Defensa del Pico y Pala

Por José D. Sánchez

Vi a uno que era del PLD, hoy FUPU (la misma vaina con otro flux), que salió de la pobreza y ahora se cree de la nobleza, denigrando una comida conocida por los dominicanos como "Pico y Pala", compuesta por patas, mollejas, pescuezos y asaduras de pollos. Parece que en algunas casas de guardias del arsenal siempre hubo filetes, camarones y langostas, cocinados por un chef y no por una doméstica o ama de casa, que casi todos los de aquella época de familias pobres teníamos como madre.
Voy a referirme a los cibaeños, porque tengo mayor conocimiento de aquellos acontecimientos.
Los estudiantes de ésa región que estudiamos en la UASD en los años 70 y 80 del siglo XX, deberíamos de solicitar una estatua para las partes del pollo mencionadas, por una sencilla razón: la gran mayoría de nosotros cuando nos trasladábamos desde La Capital hacia El Cibao, lo hacíamos boleando, pidiendo bolas en el kilómetro 9 de la Autopista Duarte y rogábamos en el camino, para que el buen samaritano que nos traía hiciera una parada en La Posada Cibaeña, para no llegar tan lánguidos, porque allí, en ése mesón, cada parte del ave costaba 5 cheles, sí, 5 cheles.
Aunque fuera prestados o pidiéndolos, hacíamos lo imposible por llegar con 10 centavos para poder comernos dos patas, dos mollejas, dos pescuezos, dos asaduras, o combinar el bufet, uno y una o una y una.
En mí caso particular, nunca he comido patas de pollo, quizás por eso a mí piel le falta tanto colágeno, los pescuezos solo por equivocación, pero mis mollejas y asaduras aún las degusto.
Ése señor, que estoy seguro pasó muchas penurias (pasar hambre y penuria son cosas muy diferentes), debería agraviar otra cosa y no hablar mal de las patas, las mollejas, los pescuezos y las asaduras que saciaron muchas veces el hambre de muchos que hoy somos profesionales y otros, grandes intelectuales.

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