Por José Francisco D. Sánchez
Con éste artículo empiezo una serie para analizar la tragedia donde perecieron, hasta hoy, 231 personas.
Lo expuesto en éstos escritos son de mi absoluta responsabilidad, si yerro y me hacen ver mi error, estaré agradecido.
Pondré al final de cada escrito el nombre con el cual soy conocido en el ámbito de la construcción y por casi todos los que me conocen.
No importa si unos planos están bien elaborados si no se ejecuta una obra fiel a los mismos.
Ver la compañía o los ingenieros que ejecutaron la obra y los supervisores del Estado, si los hubo.
Ahí podemos encontrar a los primeros responsables.
Unos dirán que han pasado muchos años, pero cuando se busca la verdad, siempre se consigue la información.
En julio del 2023, en ésta discoteca se produjo un incendio, se nombraron comisiones, entre ellas de la Procuraduría y se debieron hacer informes de las mismas.
Lo primero para investigar la tan lamentable tragedia es buscar los resultados y las recomendaciones de dichas comisiones, si las hicieron.
En caso de existir recomendaciones que no se cumplieron, los segundos culpables de lo acontecido ese fatídico marte, serían las instituciones que no cumplieron con ejecutar las sugerencias emanadas de los estudios realizados o las comisiones que no hicieron un buen trabajo.
Los que conformaron aquellas comisiones, si no cumplieron con sus compromisos no pueden formar parte de las que se nombren ahora, si no hicieron lo que tenían que hacer ayer, puede pasar igual ahora.
También hay que ver el uso de la obra y sus modificaciones desde su construcción, bajo qué criterios se hicieron y como se hicieron, ahí podemos encontrar terceros culpables.
En mí paso por casi 40 años en la supervisión de obras, en el área eléctrica, he visto demasiadas cosas, hasta muchas que guindando parecen fundas.
Siempre digo: Hasta que los supervisores no empecemos a caer presos o demandados, no tendremos un buen sistema constructivo.
Continuará.
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