Por Clemente Terrero*
El estado dominicano pensiona a los empleados públicos cuando estos cumplen con los requisitos establecidos en la ley de pensiones. Las pensiones son las conquistas más importantes que han logrado los trabajadores.
En nuestro país las pensiones iniciaron en mayo del 1846, otorgadas por la ley 79. Los primeros pensionados fueron los militares que padecían algún tipo de invalidez o por su participación en la guerra de independencia, las personas mayores de 60 años de edad y 40 años de servicio a la nación.
Casi un siglo después, 30 de enero del año 1943, se promulgó la ley numero 168, sobre concesión de pensiones del Estado, en la que se especificaba que ninguna persona podría percibir una pensión del Estado sino en virtud de una ley especial, en la cual se indica el nombre del beneficiario.
El 11 de diciembre del año 1981, se aprueba la ley 379 que autoriza al Presidente de la República a otorgar jubilaciones con pensiones vitalicias efectivo en el beneficio de la jubilación, con cargo al Fondo de Pensiones y Jubilaciones Civil, a los funcionarios y empleados públicos que hayan prestado servicios en cualquier dependencia del Estado.
El Estado dominicano otorga las pensiones para garantizar que los trabajadores tengan los recursos mínimos necesarios para vivir cuando se retiraban de manera definitiva de su actividad laboral, con esa idea fue que se le dio origen al régimen de prestaciones otorgadas por el Estado dominicano.
El monto de la prestaciones de las pensiones ha sido fijo siempre, que se justificaba porque en esos tiempos no existía la inflación, por eso no había necesidad de hacer ajustes, porque la moneda dominicana mantenía su mismo valor y las personas pensionadas podían vivir sin sobresaltos, porque un chele era un chele por siempre.
Pero en los últimos años se ha producido un cambio del modelo económico en todos los países, que crea el fenómeno de la inflación que no se veía antes. Esta nueva realidad tiene un impacto negativo en la calidad de vida de los ciudadanos, porque el precio de las cosas va a depender de la variabilidad del dólar que dispara los artículos, los servicios y los compromisos se elevan continuamente.
Sabiendo que la inflación es una realidad económica en estos momentos en la Republica Dominicana, en que el valor del dinero se va perdiendo con los años. Visto que la intención de las pensiones son asegurar que los empleados puedan vivir con dignidad, se hace necesario que el Estado considere revisar la ley de pensiones, para hacer ajustes de acuerdo a los niveles de inflación.
Por esas razones, estamos planteando que las pensiones no se mantenga fijas por siempre, porque esta situación afecta sensiblemente la calidad de vida de las personas pensionadas.
En el caso de los médicos, no podemos permitir que su calidad de vida se siga deteriorando, es necesario un pacto político y social, encabezado por el Colegio Médico Dominicano, para que periódicamente se haga un reajuste de los montos vinculados a la inflación.
Una solución podría ser que a partir de ahora los médicos pensionados sean incluidos en los aumentos salariales que nuestro gremio logre con el Estado. No obstante a eso, siendo justo, el reajuste debe hacerse a todos los pensionados por el Estado, si queremos que prevalezca la paz, la equidad y la justicia.
*El autor es gremialista militante activo del Colegio Médico Dominicano (CMD).-
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