23 de septiembre de 2023

Amín Abel Hasbún, Antes y Después


Por José D. Sánchez 

Cuantas verdades hay en tan corta existencia, eres una confirmación de que no es necesario tener una larga vida para dejar legados, ejemplos, anécdotas, deseos de un mundo nuevo y diferente. 

No es fácil abandonar comodidades, familia, mujer, hijos, hermanos, padres, profesión, futuro promisorio por creencias, éso se llama firmeza, no pensar en el egoísmo, sino en el bien común de un país y de la población mundial. 

La grandeza es mayor cuando estamos dispuestos a entregar la vida por ese ideal y terminar perdiéndola, como tú, a manos de burdos criminales, enviados por hombres "inteligentes" con mentalidades serviles, obsoletas, retrógradas, abonadas con una intransigencia cavernícola. 

Han transcurrido 53 años de tu alevoso asesinato, el 24 de septiembre de 1970, pero aún sigues sorprendiéndonos y dándonos cátedras de preparación y conocimientos, demostrando que con segarte la vida, con unos 28 años escasos, solo consiguieron tronchar una trayectoria brillante hacia una nación libre y soberana, que estamos convencidos hubieses conseguido. 

Hoy deseo honrar tu inteligencia con dos relatos. 

Es oportuno aclarar que no fui ni remotamente testigo presencial de esos sucesos, sino que es producto de averiguaciones que he realizado. 

La segunda anécdota la oí de la voz de la arquitecta Dianela Álvarez, en una espera de una reunión de trabajo, ella a su vez la escuchó en un  salón de clases de un protagonista de la historia. 

1.- Cuando destacamos la capacidad política, de operaciones, como estratega y la inteligencia privilegiada de Amín Abel Hasbún, no es por idolatría, culto a la personalidad, fetichismo, ni crear falsa fama en torno de su figura, simplemente una realidad. 

Mientras más ahondamos en la investigación, vemos que nos quedamos corto y encontramos nuevas e increíbles sorpresas.

Para el secuestro de Donald J. Crowley se asignó a Amín Abel para su preparación y ejecución, Otto Morales solo participó en la primera fase para preservar su condición de Secretario General del Movimiento Popular Dominicano (MPD), además, para no arriesgar los dos principales dirigentes de la organización, también existían dudas sobre el comportamiento de otros "cuadros". 

Existe una versión no comprobada y de difícil verificación, porque todos los participantes están muertos, de que Otto estuvo en los alrededores del hotel El Embajador como observador lejano, cuando sé realizó el rapto. 

Los encargados de la empresa, Amín a la cabeza, determinaron el uso de dos comandos de tres integrantes para realizar la tarea, el primero se encargaría del apresamiento y traslado, lo entregaría al segundo, responsable entonces de su retención, custodia y negociaciones. 

Hasta ahí nada raro. 

La primera unidad sólo podía conocer el nombre del encargado de la segunda. 

Esto ha traído como consecuencia, que hasta el día de hoy no se conocen los nombres de los tres que se encargaron de la realización de la primera parte del plan. 

Eso se entiende más, porque todavía a ésta fecha, casi la mayoría de los miembros del MPD, escuchan hablar de su militancia partidaria como un deseo de heroísmo y primacía no buscada, porque estuvieron ahí convencidos, no buscando nada individual ni mucho menos personal. 

Una jugada maestra para no dejar cabos sueltos, a pesar de que eran hombres probados, no se iban de la lengua, como lo demuestra el hecho de que la madre de Héctor Ortiz, al ver las condiciones del cuerpo masacrado de su hijo apresado, sintió tanto dolor y tanta impotencia, que decidió llegar a su hogar y quitarse la vida ahorcándose. 

2.- La segunda anécdota no es trágica, pero retrata en gran dimensión la capacidad intelectual de Amín, su extraordinaria responsabilidad como estudiante y confirma que merece que la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UASD, lleve su nombre. 

En varias carreras de ingeniería había que cursar dos materias de "Dibujos Tecnicos" (no sé ahora), esas asignaturas eran impartidas por arquitectos o ingenieros arquitectos, como se graduaban en una época. 

El maestro, arquitecto Vicente Tolentino Dipp, impartía ésta materia, había que realizar un trabajo como exámen a "manos alzadas", esto significa que no se puede utilizar ningún instrumento, los estudiantes podían hacerlo en sus casas o en la universidad sin la presencia del profesor, en papel fabriano o papel cebolla, solo los que han pasado por ésto saben la dificultad que representa, si le agregamos la facilidad con que se ensucian éstos papeles y lo imposible de borrar bien, aunque se usaran borradores especiales, o una hoja de afeitar para adecentar los errores. (Los borradores eléctricos llegaron al país a principio de los años noventa). 

El maestro Tico Tolentino, como le dicen sus amigos, decía que no era posible hacer un trabajo de ésta índole sin cometer ningún fallo, agregaba que cuando encontraba algo parecido a un plagio, ni corto ni perezoso, le ponía cero al atrevimiento. 

Amín Abel fue alumno del maestro Tolentino y le puso un cero en el examen. 

Como era natural, vino la reclamación, y Amín, para convencerlo, le dijo que estaba dispuesto a repetir el dibujo con él  sul lado para demostrarle que no había hecho fraude. 

Ahí está una de las grandes diferencias entre el profesor y el maestro, no existe la comentada y comprobada diferencia entre el huevo y la piedra para el maestro. Aceptó la propuesta, para su sorpresa, solo viéndolo podía creerlo, hizo un trabajo impecable ese Amín estudiante. 

Me relató Dianela que: el maestro Vicente Tolentino Dipp (Tico),  no encerró el episodio como un secreto, sino que hacía éste relato en todas las secciones en que fungía como maestro. 

En nombre de Amín, gracias maestro Tico por preservar y difundir ese capítulo de su vida, sin estarlo esperando, llegó a mis oídos por medio de la arquitecta Dianela Álvarez y hoy lo comparto con ustedes. 

"Memoria Contra el Olvido ". 

" Amín por siempre ".

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