12 de junio de 2022

Seguridad Personal en un País Especial

Por Tomás Aquino Méndez

H
acer comparaciones con otras naciones no contri­buye a resolver lo pasa­do, aunque pudiese ayu­darnos a tomar medidas preventivas para el futuro. 

Digo esto, porque desde el pasado martes, des­pués del mediodía, se escuchan voces cuestionando la seguridad alrededor de nuestros ministros e instituciones y comparando con lo que sucede en otras naciones. Eso, claro está, no va a devolver la vida del asesinado minis­tro de Medio Ambiente y Recursos Na­turales, Orlando Jorge Mera. Aunque, claro, podría servirnos para evitar que en el futuro, un funcionario que todos valoramos como decente y respetuoso, se vaya de este mundo tan intempesti­vamente. 

Por diversas razones, compa­rar la seguridad que se ofrece a nues­tros funcionarios no puede tener como parámetros a otras naciones. Sí tiene que tomarse en cuenta qué hacen los otros y partiendo de nuestras necesida­des tomar las medidas adecuadas. Es que nosotros somos, como dice el po­pular humorista Felipe Polanco –Boru­ga- un país muy especial. Hemos sido testigo de cómo, un funcionario recri­mina al responsable de protegerlo, por impedirle a “un compañerito” acercar­se a él en actitud agresiva, en la calle o en la oficina. Más de un ejemplo tene­mos, de miembros de seguridad de un funcionario que ha sido sustituido, por impedir que “un amigo” de su jefe lle­gue hasta él en la oficina o en otro lu­gar. Eso no sucede en otro país. Aquí somos diferentes. La cercanía, la fa­miliaridad es muy distinta. Unos dicen que somos más humanos, más solida­rios, más familiares o más “políticos”. Posiblemente eso puede incidir. Aquí pasan las elecciones hoy, y mañana se­guimos en política. Por eso nuestros líderes y funcionarios siempre están abiertos al contacto con las personas. Eso hace más vulnerable su seguridad. El caso de Orlando sacó a la luz el te­ma, pero la realidad es inocultable.

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