Por Virgilio Gautreaux P.
Frente al virtual conflicto nuevo que se cierne dentro de Haití, no podemos comportarnos como una BANANA REPUBLIC, sumisos y obedientes, como le pasó a varios países centroamericanos que en Abril de 1965, le dieron EN INGLES una orden, los montaron en un avión y cuando se bajaron en medio de tiroteos, estaban en la capital de la República Dominicana, lugar que la mayoría de los jóvenes soldados salvadoreños, guatemaltecos, nicaragüenses, hondureños y costarricenses, no conocían o no sabían que existía !!!!!
Dada la particularidad de las relaciones Haiti-Republica Dominicana, en el ámbito histórico, comercial y migratorio, lo que más conviene a nuestro pueblo es mantenernos al márgen del inminente incremento de las tensiones entre los secuestradores de los misioneros norteamericanos y el gobierno estadounidense.
Mientras tanto, la atención gubernamental debe concentrarse en el reforzamiento de nuestra frontera, tal y como hacen todas las naciones del mundo, cuando se presentan este tipo de conflicto.
La línea que debe primar en lo concerniente a la protección de nuestra frontera, debe ser vigilar, rechazar todas las provocaciones, actuar con prudencia, con razón y sin sobrepasarnos.
Quienes violen estos principios atendiendo a intereses ajenos a la Patria de Duarte Sánchez y Mella, deben recibir un DURO castigo como traidores!! Los dominicanos no podemos permitir que los norteamericanos nos mezclen o nos utilicen militarmente, en el problema de los misioneros secuestrados.
Por razones históricas ya tenemos muchos problemas con el espacio haitiano.
Todos sabemos que los norteamericanos tan pronto liberen sus ciudadanos secuestrados, se marcharán de inmediato y dejarán el rancho haitiano ardiendo. Pero además, también nosotros estaríamos peleando un pleito que no es nuestro.
Y luego, cuando se arme el lío grande entre ambas partes de la frontera, después la organización de Estados americanos y la ONU vendrían militarmente a "resolver" el problema que nos dejen los norteamericanos.
Las élites haitianas y sus camarillas cívico-militares, desean que Europa, Estados Unidos y Canadá invadan ese territorio para ellos seguir explotando el empobrecido pueblo haitiano.
El tollo político económico, social y militar, que se armará en Haití en caso de una gran operación militar norteamericana, es de imprevisibles consecuencias, razón por la cual debemos mantener bien alejados nuestros pies del suelo haitiano.
Recordemos que los problemas que tenemos con Haití en nuestro territorio son nuestros y nadie ha venido en nuestro auxilio, a pesar de los llamados que hemos realizado en los diferentes organismos internacionales.
Debemos estar bien alertas para evitar que aquellos dominicanos (civiles y militares) que muchas veces atienden más las órdenes en otro idioma que las nuestras, una vez más defendiedan los intereses extranjeros.
Los dominicanos hemos padecido en carne propia mucho sufrimiento, cuando civiles y militares dominicanos, se han puesto al servicio de los intereses extranjeros y en contra de los sagrados intereses nacionales de la patria de Duarte Sánchez y Mella.
Tengamos pues, los ojos bien abiertos con lo que pasa en aquel lado y con lo que puede pasar dentro del lado nuestro.
Recordemos siempre la intolerancia de Juan Pablo Duarte cuando los legítimos intereses de República Dominicana estaban en peligro.
Que viva la República Dominicana !!
Que VIVAAAAA !!!!
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