25 de octubre de 2021

La Dimensión Espiritual de un Revolucionario

Por Clemente Terrero*

El espíritu es la parte activa del alma, componente inmaterial del ser, donde se encuentran los sentimientos frente al bien y el mal. Los sentimientos forman parte de la conciencia cuando se conoce la realidad.

La espiritualidad es una condición propia de la especie humana, conformada por las intensiones que tiene una persona sobre alguien. Espiritualidad es la parte interior del ser, que lo puede impulsar a luchar por el bien, por el interés común, anteponiéndolo al interés individual.

Es una cualidad que tiene que ver con la existencia misma del ser, tiene un sentido religioso, filosófico y psicológico. Es lo que siente un ser humano por su semejante y otras especies biológicas de la tierra. La espiritualidad no es una cuestión independiente, es la parte interior de las personas, con la cuál interactúa en su entorno de vida.

La espiritualidad es una determinante de lo que un ser humano puede ser y hacer en su vida. Es una propiedad individual, porque cada ser humano tiene sus sentimientos, que a su vez puede expresarse de manera colectiva abarcando el conjunto de la sociedad, en cuanto al sentir y pensar de un pueblo, resultante de la convivencia de grupo.

La formación espiritual de un revolucionario es resultado de la situación social en que vive, los sentimientos que se generan por las condiciones de existencia de la gente, por la indiferencia, el abandono y la exclusión. Situaciones que le impulsan a luchar por cambiar esa realidad, por los derechos sociales y políticos de las personas.

La dimensión espiritual de un revolucionario comprende cuatro categorías básicas, que son: Amor, valor, sacrificio y conciencia. Estás características forjan su temple y su comportamiento frente a retos, desafíos y dificultad en la lucha.

El amor es una expresión espiritual encarnada en el ser, es amar la vida. Amor por los hombres de buen corazón, amar la existencia  y la naturaleza. Es compresión, devoción, compasión, máxima expresión espiritual que sale de lo más profundo del ser, es sublimidad, la mejor forma de convivir en la tierra.

El valor es una actitud, la disposición de enfrentar cualquier situación en contra suyo y del conjunto, es estar dispuesto a luchar por la vida, la libertad, la paz, la dignidad, en cualquier momento y circunstancia, siempre que sea necesario, sin dejarse vencer por el miedo a lo que pueda venir, eso es valor.

El sacrifico es una condición fundamental de todo revolucionario. Es estar dispuesto a defenderse y defender a sus compañeros del ataque de sus agresores. El sacrificio es un componente importante de la espiritualidad. En el mundo animal sobran ejemplos, en la que algunos miembros de una manada defienden otros del ataque de los depredadores, poniendo en riesgo su propia vida.

Finalmente, no hay espiritualidad revolucionaria si no no hay una conciencia firme de lo que somos como ser social en este mundo. Conciencia que se fortalece con los buenos sentimientos. Nadie tiene más ni menos derecho a existir en la tierra que tú. De vivir y actuar de acuerdo a tus convicciones y tu forma de pensar, respetando el derecho de todos los seres vivos en la tierra.

Una persona sin sentimientos, que no tenga valor para luchar, que no esté dispuesto a sacrificarse y que no tenga conciencia social, no puede ser considerado un revolucionario.

*El autor es médico, director del Hospital Infantil Robert Reid Cabral.-

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