Por Carlos Darío Sousa S.*
Comentábamos vía Messenger con Diana
Avery Miller, sobre la situación de su país, EEUU, y las posibilidades de un
cambio de rumbo al dejado por el Presidente Trump, y concluíamos que era
difícil desmontar una estructura formada inicialmente, desde los días del ataque
a las torres gemelas, por G.W.Busch. Le decía sobre el dominio de la estructura
política de los demócratas, el clan Obama, Clinton etc., frente a los republicanos, que también tienen
lo suyo. Diana está muy pesimista en relación al futuro de su país y aún cuando
no coincidimos en esa apreciación, a corto plazo, no dejo de reconocer que es una sociedad del
conocimiento, pero que su sistema social y productivo va quedando
paulatinamente atrás en relación a otras economías, principalmente la de China
Popular y otros países donde han trasladado parte de su producción de bienes
por asuntos de costos.
Hablamos del largo y difícil proceso
de integración racial que ha tenido muchas, aún muchas, quizás demasiadas,
dificultades. Es una cultura acentuada y
asentada, segregacionismo en una parte de la sociedad norteamericana. Es,
estimo, la herencia de su formación histórica.
Cuando analizamos los sistemas coloniales
podemos ver donde se produjeron los grandes mestizajes, humanos y
culturales, y donde fueron limitados. Tome
el territorio ocupado por USA, desde las trece colonias y los territorios que
se añadirían con las guerras de México (Méjico) y el General Santa Ana por
Texas (Tejas), que perdería casi la mitad de su territorio en esa guerra (Tratado Guadalupe Hidalgo, Nuevo México, California, Arizona, Colorado, Nevada,
Utah, Texas y parte de Wyoming, Kansas y Oklahoma. 2,400,000 km) y verá donde
simplemente desaparecieron o fueron arrinconados, enclosure, en reservas, las poblaciones originarias. Y
esto no es para películas de vaqueros (que las hay muy buenas, y si son de John
Ford, mejor –Centauros del desierto-) es decir lucha entre buenos y malos. Los
indios eran los malos, y sus tierras muy buenas y los búfalos tenían mucha
carne y mucha piel. Ahí la lucha. El 7mo
de caballería siempre llegaba a tiempo para salvar la cabellera al blanco.
La “Escuela de Salamanca” –siglos XV,
XVI y XVII, formada por frailes dominicos-
tan poco conocida y con tan grandes aportes a la economía, formada en la
transición de la sociedad feudal a la edad moderna –casi el inicio del liberalismo- y al
derecho de gentes, por orden que da la reina Católica, redactó las primeras
leyes de indias donde se protegía a los aborígenes, “que como tenían alma, eran
sus súbditos”, basta leer su testamento y el Codicilo que le acompaña: “e non consiestan e den lugar que los indios
vecinos e moradores de las dichas indias e tierra firme, ganadas o por ganar,
reciban agravios alguno en sus personas e bienes; mas mando a sea bien e
jústame te tratados. E si algún agravio han rescebido, lo remedien e provean,
por manera que no se exeda en cosa alguna de lo que por las Letras Apostólicas
de la dicha concessuión nos es inyungido e mandado” de 1504, las leyes de Burgos de 1512, o las Nuevas
leyes de indias de 1542. Recuerden el “sermón de adviento” del padre Antón de
Montesino, Dic.1511. Aunque el problema de la esclavitud de los negros forma parte
de sus planteamientos, de los que no es ajeno el padre Bartolomé de Las Casas.
Los planteamientos del padre Vitoria,
cuando analizamos el “humanismo cristiano” y dentro de este las controversias
que acarrean los problemas de la colonización de las Indias, repercute en las conciencias españolas.
El jesuita Francisco Suárez (Dr. Eximius), uno de los
grandes escolásticos, escribe unos textos interesantes para la historia de la
opinión de la época, quizás la más importante es la que se refiere a los principios de “la soberanía
popular y la libertad de cada comunidad política de elegir el régimen de su
preferencia”. Contempla la desobediencia civil en defensa de la fe católica,
pero también del bien común.
En el 1581, durante el reinado de
Felipe II, los estados generales dicta el “Acta de Abjuración” por medio de la
cual retiran su fidelidad. “Toda la humanidad sabe que un príncipe es designado
por Dios para cuidar de sus súbditos”.
Analizar el pasado con una visión de
hoy es sumamente complejo. Que puede uno decir sobre el “Código Negro”, que es
un decreto firmado por Luis XIV en 1685 y en el que se define las condiciones
de la esclavitud en el imperio colonial francés.La complejidad de las herencias, o la
acumulación de realidades en la época de los inicios de los imperios, formaron
esto hechos que se arrastran con las culturas y paulatinamente van llegando a
nosotros unas veces tamizadas y otras con arrogante fidelidad. Pero también nos
llegan las formas de lucha contra todas esas injusticias que viene a formar
parte de nuestros acerbos e idiosincrasia.
Leyendo, hace un tiempo, el libro de
Barack Obama, “Una tierra prometida”, (Debate 2020), tomé debida nota de una
referencia que realiza de Saul Alinsky: “mi presunta fidelidad hacia el radical
trabajador comunitario Saul Alinsky”. Me pregunte ¿quién es éste? Y tomé nota para verlo después. Lo tenía
pendiente. Como queda, también pendiente, el papel de otros gurús tal como
Soros, Gates, Kuch, Beck y Schwab, y la gurú principal, la ONU, con sus
“Objetivos de desarrollo sostenible”, agenda 2030
Alinsky es padre del “community organizing”, la corriente
estadounidense de organización comunitaria, pero también es el gurú de
demócratas y conservadores, y de la
clase política, casi de la Élite, norteamericana, si quiere saber quiénes son
búsquese el “Social Register”, en el libro de Charles Wright Mills “La Élite
del Poder” en USA (varias ediciones) o a nivel global, el de Davir Rothkopf “El
Club de los elegidos” (tendencias 2008).
Con las movilizaciones que han estado
ocurriendo a raíz del desencanto, o si quiere iras vindicativas, por la muerte
por ahogamiento de George Floyd o de Rodney King, que se convertiría en el
símbolo de las tensiones raciales en EEUU luego de la paliza que le diera la
policía de Los Ángeles. Las protestas se convirtieron en vehículos reivindicativos,
del que no fueron ajenos los planteamientos de Alinsky. O lo que puede representar para nuestra
sociedad la “explotación de la “mina” de carbonato de calcio, que es una forma
más deleznable de golpearnos en nuestra salud y en el futuro de la naturaleza y
de nuestros recursos naturales.
He tratado por todos los medios posibles
de comprar su libro en castellano, pero he tenido dificultades, por lo que
recurrí a ese instrumento diabólico, pero necesario, que es el internet, donde
lo encontré y gratis.
Aunque las distancias son muchas, la
organización de las protestas puede servirnos. En “Tratado para radicales”, que
es un manual para revolucionarios pragmáticos, Alinsky crea una guía para los
futuros organizadores de comunidades en lograr la unión de comunidades de bajos
ingresos, con el fin de darle posibilidad de lograr la igualdad social,
política y económica, desafiando a los organismos que promovieron la desigualdad.
A cuenta de que ponga luego todas las reglas, permítaseme
referirme al siguiente párrafo que define unos niveles de lucha que modifican
las prácticas tradicionales. “Un grupo de vecinos protesta ante la puerta (hoy lo
llamamos escrache) del diputado de distrito exigiendo mayor atención para la
zona. Un grupo de mujeres interrumpe el normal funcionamiento de un centro
comercial que no contrata latinas. Un grupo de afroamericanos se dirige al barrio rico de la ciudad con el
fin de señalar a los dignos propietarios de las infraviviendas que habitan.
Un grupo colapsa los baños del aeropuerto de Chicago, O´Hare; otro hace desalojar una reunión o la
interrumpen a base de “sonoros y fétidos gases”.Las formas de protestar cambian con las circunstancias. Las piedras, las gomas quemadas, cocteles molotov, y otros elementos, siguen vigentes. Los
paraguas amarillos, las marchas verdes, fueron un signo de distinción en una lucha que al finalrindieronsus
frutos. Quizás los cacerolazos, como un
despertador, despierten de su modorra a
las autoridades.
*El autor es catedrático universitario.-
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