Por Tomás Aquino Méndez
Salió del poder en agosto y Monte Grande quedó inconclusa. El sueño de miles de hombres y mujeres de Barahona, Pedernales, Bahoruco e Independencia, aun no se convierte en realidad. En septiembre pasado, a solo días de asumir el poder, Luis Abinader viajó al Sur, sobrevoló el área de construcción y prometió que la obra cumbre para la región SÍ será entregada por él.
Un sueño. Tres presidentes. Una obra bautizada como El Metro del Sur, que anhelamos concluya y marque así el desarrollo definitivo de la región más pobre, pero con un gran potencial para su transformación. Eso frenará las riadas del Yaque del Sur, la destrucción de plantaciones agrícolas y viviendas, resolverá el déficit de agua potable y energía eléctrica en la zona e incorporará otras 700 mil tareas a la producción. Como dice el dicho que “la tercera es la vencida”, confiamos que este tercer presidente sea el último en prometer y el primero en oprimir el botón, que abra las compuertas de la presa de Monte Grande e ilumine los rostros de los hombres y mujeres del suroeste.
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