Por José D. Sánchez
Cuando un pueblo se une se agiganta y no existe fuerza en el mundo que pueda doblegarlo.
Hace alrededor de
20 años Bolivia era el segundo país más pobre del continente americano, sólo
después de Haití.
Su suelo rico en
minerales y recursos naturales usufructuados por la burguesía natal y por
emporios extranjeros.
Una población en su
mayoría aborigen o descendientes de éstos, pisoteada e ignorada, como decimos,
un cero a la izquierda, sumida en una miseria atroz.
Como en un cuento, un día decidieron dar un paso al frente y eligieron un gobierno popular y representativo de toda la población.
El resultado fue
abrumador, en tan solo una década se convirtió en un país diferente, el
beneficio de sus riquezas comenzó a llegar a los sectores desposeídos y pasó
a ser un país próspero y se situó entre los mejores en entrada per cápita del continente.
La respuesta de la
burguesía y los imperialistas desplazados no se hizo esperar, amparados en
organismos internacionales lacayos, iglesias, militares gorilas y traidores de
su propia patria y sus hermanos, dieron un golpe de estado desplazando a Evo
Morales y al MAS del poder.
Como han querido
poner de moda, una payasada, apareció una presidenta auto nombrada y se apropió
momentáneamente del poder.
Países títeres, con
su apoyo abierto o su silencio, aunque se llame República Dominicana, el país de
mis amores, y la OEA, legalizaron esta situación insostenible, un mamotreto, un
muñeco mal hecho, una figura de trapo.
El pueblo boliviano
no se dejó intimidar y aceptó el planteamiento de nuevas elecciones, aunque la
razones esgrimidas para el golpe de estado fue el fraude electoral, soportaron vejámenes, atropellos, golpizas y asesinatos.
En estas nuevas
elecciones se impuso la razón y la verdad, el pueblo boliviano, desplazado
fraudulentamente de su destino, volvió a darle una victoria abrumadora al MAS y
a sus candidatos, entre ellos muchos aborígenes.
Bolivia, el país
que acogió el último suspiro del Che, hoy decidió a quienes desea tener al
frente de su gobierno.
Ha dado otra
estocada a los deseos imperialistas y a la burguesía para seguir explotando
pueblos y apropiándose de riquezas ajenas, hundiendo poblaciones en la pobreza.
Con ojo avizor y
cuidándose de los aleteos y coletazos de los imperialistas y sus lacayos, los
bolivianos marchan al frente de su nación.
Bolivia va a su
autodeterminación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.