El derroche que por años se ha dicho abunda en el Estado, al parecer llegará a su fin. El presidente electo, Luis Abinader, ha anunciado que tomará medidas para evitar que los recursos del Estado se sigan yendo a los bolsillos de funcionarios y no a obras que beneficien a la mayoría de ciudadanos.
También la senadora electa Faride Raful, anuncia que 57 instituciones serán eliminadas. Ya sabemos que, en cada una de estas, miles de dominicanos se ganan el sustento de su familia. Para mantener funcionando esas empresas, el Estado requiere de importantes recursos. Que se
revise y se evalúe esa situación, es correcto, sin embargo, hay que pensar también en la cantidad de desempleados que dejaría el cierre de esas instituciones y qué pasaría con ellos, en un país que por demás reclama cada día más empleos.
En Neyba , por ejemplo, existe el Instituto Nacional de la UVA –Inuva-. Es una de las provincias más pobres del país. Ese instituto ha debido cumplir una función que en verdad no ha sido tan eficiente. Pero creo que, en vez de su eliminación, el nuevo gobierno debe ocuparse de hacerla eficiente para que cumpla su verdadero rol y ayude al desarrollo de esa zona del suroeste.
En vez de desaparecer INUVA, debe ser preservado por el gobierno de Luis Abinader. Uva y vino pueden ser base en la creación de empleos y pautar el desarrollo del suroeste. Debemos rescatar instituciones, ahorrar recursos y evitar el derroche, pero no castiguemos a los que menos tienen con esas medidas.
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