Ni las autoridades nacionales, ni las locales, han desarrollado aún su intelecto, a fin de que las instituciones que dirigen estén debidamente diseñadas para darle mantenimiento a las obras de uso publico 24 horas todos los meses del año.
Para solo exponer en perspectiva un ejemplo, la semana pasada vimos como la alcaldía del Distrito Nacional restaurò el majestuoso monumento de Fray Antòn de Montesinos. En realidad, si la alcaldía del Distrito Nacional, desde que se construyò ese monumento hubiese tenido un personal debidamente entrenado para el mantenimiento del monumento referido, no hubiese tenido que gastar tanto dinero en restaurarlo y rescatarlo.
De ahí que, si con el parque Litoral Marìa Montez no se hace lo propio, formando un patronato de nobles barahoneros y un personal de la alcaldía municipal u otra institución pública, entrenado y pagado para darle mantenimiento de forma permanente; si no se le restaura y rescata de los visitantes furtivos y visibles, los cuadrúpedos y los bípedos, que van ahí a colaborar con su deterioro, entonces podríamos ver esa importante obra disponible para el esparcimiento de los barahoneros. Pero así son las cosas por estas tierras nuestras querido amigo. Cosas veredes de nuestro macondismo.
*El autor es un profesional barahonero, cònsul general en Suiza.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.