20 de octubre de 2018

¡UN ANÁLISIS QUE DESNUDA A LOS "DUEÑOS DEL PAÍS"!

Ya nadie cree en las demandas de los amos del transporte público

Por Guarionex Rosa (Listín Diario)

Santo Domingo.-El cansancio del público con las convocatorias a huelgas del transporte por cualquier asunto baladí, más que la fuerza desplegada por militares y policías en las calles, convenció a los empresarios del sindicalismo de la impertinencia de sus acciones el pasado jueves.

No parece que fuera muy bien planificado que al mismo tiempo que pedía un paro y después una
manifestaciones contra los precios de los combustibles, el empresario sindical Juan Hubieres se proclamara candidato presidencial para las elecciones del 2020.

Al parecer una cosa no tenía nada que ver con la otra y la proclamación, que la apoyan ya sectores de izquierda y otros grupos populares con los cuales el empresario del transporte siempre ha interactuado, quedó opacada por el tema de si habría paro, manifestación o nada.

El cansancio del público con las acciones de los transportistas viene de lejos; impusieron hace tiempo el concho en las ciudades con carros destartalados y sucios y el dominio de la transportación en los muelles, dejando a importadores a un lado del negocio.

Después que se inauguró el Metro de Santo Domingo, los empresarios del transporte quisieron que las llamadas rutas alimentadoras les fueran asignadas, al igual que hicieron los conchos cuando se abrió el Teleférico de Santo Domingo.

Es una creencia general que los gobiernos han tenido miedo de colectivizar con buses el transporte de las ciudades, dejándole una cuota a los sindicatos mediantes cooperativas o un régimen parecido que los beneficie a todos y no solo a  la autocracia de Hubieres, Marte, Cambita, Figuereo y otros.


Maraña de negocios
Toda la maraña de exigencias de los empresarios del transporte esconde un
negocio multimillonario que nadie al parecer podría escrutar porque se trata del sector privado, pero también la explotación de choferes dependientes que tienen que pagar por el uso de rutas.

Richard Nixon, el celebrado presidente destituido de los Estados Unidos decía que el público reacciona por la fuerza y no por el amor. Aquí aparentemente fue lo contrario, que la fuerza la tenían los empresarios del transporte y su capacidad de agitación callejera.

Para el régimen del presidente Medina resulta gravoso que cada vez que se proponen los paros nacionales, los militares y policías tengan que salir a las calles con el costo que eso significa, que no está pautado en el Presupuesto y que desvía recursos de las obras públicas.

Las diversas entidades empresariales del transporte, que no es solamente la del señor Hubieres, han perdido crédito ante la población porque en general se cree que detrás de cada amenaza de huelga no están los intereses de los choferes ni del público, sino de empresarios y la política.

Los opositores de Medina pudieron sobarse las manos con los hechos de esta semana que culminaron más que nada, en una muestra de repudio a los trabajadores, amas de casa, estudiantes y  clientes que serían privados a la fuerza de utilizar el servicio de transporte.

A cualquier presidente que sea elegido en los comicios del 2020, los empresarios del transporte le mostrarán sus uñas para conseguir mayores ventajas, subsidios y exoneraciones, nada para el público consumidor que se ha acostumbrado al viejo sistema y al chantaje. Si no serían los precios de los combustibles, alegarán otra cosa.

Una de las consecuencias que tiene para la República Dominicana, un país que vive del turismo es el constante llamamiento a paros, a veces por cuestiones irrazonables o por negocios particulares. Se sabe que turistas no van a países donde hay epidemias o revueltas.

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