Conozca el Barahonero nombrado Analista Financiero número uno de Forbes
Nota del Editor: A
continuacion reproducimos la entrevista que le hiciera el periodico americano
“AL DIA NEWS” al analista Financiero de Wall Street y presidente de la
Asociación Hispana de Responsabilidad Corporativa (HACR) con asiento en
Washington DC.
Aunque nació en New Jersey, Wilson se considera Dominicano y se siente
orgullo de ser barahonero. Es hijo del Dr. Jaime Wilson del Batey
Central, es hermano del artista Magic Juan y es casado con la barahonera Nilda
Suarez de Wilson.
Aqui le dejamos con la
reproducion total de la entrevista:
Cid Wilson llegó a ser nombrado analista financiero número uno en el
ranking de Forbes y fue una figura destacada en Wall Street.
En el plano ejecutivo, solía presentarse así:
“My name is Cid Wilson, soy Dominicano de pura cepa de Barahona.
¿Ya tú sabes?”
Sin decir nada más, sus colegas comprendían que era latino, y que su
latinidad no se queda en la puerta cuando entra en una sala. Ya desde joven
quiso siempre que sus logros personales tuvieran una repercusión en la
comunidad latina y sirvieran para reforzarla.
“Tenemos esa obligación moral de aportar algo en retorno cuando tenemos
éxito, y cuando aportamos algo, tenemos éxito”, dijo Wilson.
Hoy, como presidente y CEO de la Asociación Hispana de Responsabilidad
Corporativa (HACR, por sus siglas en inglés), Wilson trabaja para propulsar a
los latinos en el mundo corporativo y que asuman puestos ejecutivos, desde
puestos en la junta directiva a cargos como Director Financiero (CFO) o
Director de Operaciones (COO). Viaja por todo el país, comprometiéndose con
otros ejecutivos para que entiendan las ventajas, y la necesidad, de incluir a
los hispanos en los niveles corporativos más altos de América, donde su
presencia es considerablemente escasa, según Wilson.
Todos salen perdiendo
Cuando Wilson llegó a Wall Street, en 1993, empezó con un trabajo de
prácticas no remuneradas en un departamento de correo y paquetería. No pidió
nada a cambio, excepto que le pagaran el almuerzo y el boleto de autobús, y la
oportunidad de ser el mejor repartidor de correo en la historia del distrito
financiero, ya que era su única oportunidad de ir escalando puestos. En el año
2006, Wilson fue nombrado analista de retail especializado número uno en el
ranking de la revista Forbes.
“Fue un gran logro pero, aún y así, un recordatorio de que todavía
necesitamos a más latinos que se beneficien de nuestros éxitos para asegurar
que la base de la escalera es fuerte, y que podremos ver a más latinos ascendiendo
puestos, porque a medida que yo escalaba puestos en Wall Street, me iba
quedando más solo”, dijo Wilson durante una entrevista con Greg DeShields,
director ejecutivo de PHL Diversity, en la redacción de AL DÍA News.
Cuanto más alto ascendía en posiciones de liderazgo, menos y menos
latinos se encontraba. Una desalentadora situación que todavía hoy es muy común
en toda América. Según el último estudio sobre gobernanza corporativa de HACR,
de 2013, solo 10 CEOs de las compañías listadas en Fortune 500 eran latinos.
Ninguno de ellos era mujer. En la actualidad, solo hay una CEO latina en dicho
listado.
En general, menos del 3 por ciento de los hispanos ocupan puestos en las
juntas directivas de las empresas Fortune 500. Las mujeres latinas, a pesar de
representar un poder de compra de más de 1,1 billones de dólares, todavía
representan menos del 1 por ciento de esos puestos directivos. Sin embargo,
como dice Wilson, “el gasto latino es impulsado por las latinas”, lo que
significa que las mujeres hispanas son responsables de la mayor parte del gasto
en un hogar latino.
Si los latinos fueran un grupo independiente de EE.UU, representarían el
séptimo PIB más grande del mundo, con un crecimiento un 70 por ciento más
rápido que el resto de grupos del país y, aún y así, su presencia en puestos
directivos de las compañías más influyentes de América apenas ha avanzado un
ápice desde el año 2000.
Estas cifras, que Wilson y HACR repiten constantemente a las empresas de
todo el país una y otra vez, demuestran que existe un abismo de miles de
millones de dólares entre la población, los ingresos y las contribuciones de
los latinos a los EE.UU. y las posiciones que ocupan en oficinas y juntas
directivas. Es difícil decir quiénes sufren más el impacto de la exclusión: los
latinos que, “cuando se les da la oportunidad, tendrán éxito o se superarán”,
como dijo Wilson, o las grandes empresas que han rechazado o ignorado que la
base de los empleados y consumidores americanos será cada vez más latina.
“Si no se crea una cultura inclusiva, que ofrezca al empleado medio una
visión de futuro, que le permita ver hasta dónde puede llegar como ejecutivo,
éste abandonará la empresa”, explicó Wilson. “Si se marcha, todo el mundo sabe
que un alto nivel de rotación de trabajadores es muy caro. Las eficiencias no
se maximizan si no se permite que una persona desarrolle todo su verdadero
potencial”.
“Además, si no lo haces tan bien como tu competencia, le estas dando una
ventaja”, añadió Wilson. “Apostar por la diversidad y la inclusión no es
simplemente hacer lo correcto, es una estrategia de negocio inteligente”.
Otra estrategia de negocio inteligente es ser incluído en la bonita
lista de HACR. A través de su propio instituto de investigación, la asociación
elabora informes donde valora por encima de todo la inclusividad hispana.
Premia a las corporaciones “cinco estrellas” que participan en su Índice de
Inclusión Corporativa, que clasifica a las empresas en base a cuatro pilares:
inversión en filantropía latina, empleo, contrataciones y gobernanza.
Así, los latinos pueden saber qué empresas aportan algo en retorno a su
comunidad. Los latinos que buscan empleo pueden ver qué compañías tienen una
cultura de trabajo respetuosa con los hispanos y los empleados latinos en
general. También permite a los empresarios latinos saber cuales son las grandes
empresas que cumplen monótonamente con los checklists de diversidad y cuales
están dirigidas por gente que defiende activamente la inclusión hispana.
Construyendo un legado latino
Wilson nació y creció en Bergen County, N.J, que bordea el río Hudson
frente a Manhattan, pero su pasión por empoderar y propulsar el éxtio latino se
lo inculcaron sus padres, inmigrantes de la República Dominicana. Educado en la
era post-derechos civiles, identificó la difícil situación de los
dominicano-americanos con la de otros latinos y afroamericanos. Los dominicanos
son afrolatinos— un doble agravante para ser discriminados, según Wilson.
Igual que a muchos otros hijos de inmigrantes, a Wilson le enseñaron a
valorar la cultura y el idioma de su país de origen, además del sacrificio de
su familia para que tuviera una vida mejor. Pero su historia de ambición, que
le llevó a pasar de muchacho del correo a líder económico nacional, tiene poco
que ver con su éxito individual porque, si fuera así, Wilson se hubiera quedado
en Wall Street.
Wilson cree que las minorías no pueden quedarse de brazos cruzados y
sostenerse simplemente sobre los hombros de activistas que lograron éxitos
anteriormente, sino que deben ponerse en pie y tratar de llegar más arriba. Wilson quiere que los latinos asuman posiciones ejecutivas y que sus voces sean
escuchadas en las juntas directivas, de manera que “cuando la siguiente
generación esté preparada para respaldarse en nuestros hombros, tengamos unos
hombros fuertes, preparados, de manera que puedan levantarse y ser visibles,
ser reconocidos”.
Wilson logró convertir su ambición en una pasión y una misión,
transformándose en una autoridad respetada, en representación de la comunidad
latina. Naturalmente, eso le llevó hasta HACR, y en su mente no dará por
terminada su misión hasta que los hispanos dejen de tener que luchar por
encajar en la cultura corporativa americana.
Wilson también forma parte de los esfuerzos por integrar la herencia
latina en los fundamentos históricos de Washington D.C. en su papel de
comisionado para la creación de un Museo Nacional del Latino Americano. La
comisión fue creada en 2008 por 23 designados presidenciales y congresionales,
y Wilson fue seleccionado por el ex presidente Barack Obama para sentarse junto
a otras personalidades latinas como Eva Longoria y Emilio Estefan para llevar a
cabo un estudio, presentar propuestas y presionar al Congreso para que apruebe
la National Museum of the American Latino Act, un proyecto de ley para aprobar
la construcción del museo en el National Mall.
La ley sigue pendiente de aprobación, a pesar de los esfuerzos llevados
a cabo durante años por políticos latinos y defensores de la comunidad de ambos
partidos. Wilson explicó que la creación de un nuevo Smithsonian para
conmemorar las contribuciones de los latinos al establecimiento y el progreso
de la nación es bien merecida, y serviría para instruir al público americano
con historias como la de Cesar Chavez, Dolores Huerta o el movimiento de los
trabajadores agrícolas; el patriotismo y los veteranos de guerra latinos; el
dominicano Juan Rodriguez, primer inmigrante en llegar a Manhattan, antes de
los holandeses y los ingleses; y la capital estatal más antigua del país, Santa
Fe, N.M, fundada por colonos españoles en el siglo XVII.
“Son historias que necesitamos para iluminar, para que los americanos
puedan comprender la larga historia de los latinos en los EE.UU.”, dijo Wilson,
destacando que los museos Smithsonian dan a todos los americanos la oportunidad
de valorar y comprender los beneficios que minorías y grupos inmigrantes
representan para la nación. Wilson destacó también varios malentendidos sobre
los latinos difundidos por los medios y el mundo corporativo americano, y que
el Smithsonian Latino Americano y HACR tratan de eliminar del discurso
nacional.
“El malentendido más grande, y que suele repetirse a menudo en los
medios, es que acabamos de llegar… y que andamos pidiendo limosna, algo que no
es cierto”, dijo Wilson. “Somos gente cualificada, si acaso más cualificada que
cualquier otra, para desempeñar todos los empleos que se presentan. Queremos
una oportunidad justa para competir por todas esas oportunidades. Cuando se nos
da la opción de competir, competimos y ganamos”.
Tomada de nyelbirán.com.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.