Parque Nacional Sierra Bahoruco y desarrollo sostenible (1)
Por Rafael Matos Féliz
En
el presente año 2018, han salido datos, informes y las posiciones de diferentes
sectores sociales y de algunas “autoridades” de nuestro “paisaje”, con respecto
a la situación que afecta al Parque Nacional Sierra de Bahoruco, un Área
Protegida y zona núcleo de la Reserva de la Biosfera
Jaragua-Bahoruco-Enriquillo.
Esa
zona fue declarada Parque Nacional en agosto del 1983, junto a otras zonas de
la región, como lo fue el Parque Nacional Jaragua y la laguna de Rincón, esta
última como Reserva Científica.
Desde esa fecha, se han realizado muchas
actividades para su conservación y manejo. Instituciones nacionales y
extranjeras y técnicos nacionales y extranjeros, han hecho aportes significativos
para su preservación.
También
se han dado intervenciones que causan afectaciones negativas, y por ellas se
han realizado encuentros para devolver al Área Protegida su real función
ambiental y social. En lo ambiental, el Parque Nacional Sierra de Bahoruco
garantiza producción de agua para la flora y la fauna y crea un paisajismo muy
agradable. En lo social, provee agua a todas las comunidades nacionales que
viven en sus entornos y a varias comunidades haitianas que viven del otro lado y
separadas por el Rio Pedernales.
Debido
al tipo de rocas que conforman el soporte o suelo del parque, las aguas de
lluvias y las que producen las nubes, durante todo el año, al pasar entre los
árboles, en lugar de crear corrientes superficiales, se infiltran y corren por
el subsuelo, pudiendo salir como ríos o charcos en las zonas bajas. Es por esta
razón que solo existe, en toda la zona al sur de la sierra, el Rio Pedernales y
su único afluente, el Rio El Mulito.
Estas
dos fuentes hídricas del parque, garantizan la dotación de agua para una
población aproximada de unas 30,000 personas. Esta es la razón básica que obliga
a preservar el área, lo que implica garantizar la dotación de agua para el
consumo humano y la producción, y más aún en una zona caracterizada como
fundamentalmente seca.
Entre
el 2016 y 2017, los compromisos arribados entre el Ministerio Ambiente, los
comunitarios y entidades que trabajan en la preservación del parque y en la
mejoría de vida de los locales, estaban dando sus frutos: había mayor área
vegetada, garantía en la producción del agua, producción agrícola en las áreas acordadas
y otros beneficios.
Ahora
aparecen “agricultores” de nuevo cuño y sin importarles acuerdos ni ambiente, han
destruido kilómetros de bosques, nublado y húmedo (las zonas productoras del
agua), para cambiarlos por cultivos extractores de agua, como el aguacate y en
otros casos, han hecho tala rasa para sembrar cultivos de ciclo corto como
cebolla y papa. Construyen nuevas carreteras para sacar sus cosechas y dan a
toda la zona, una estocada mortal.
Esta
nueva situación ha traído la disminución de la vegetación y de las aguas y que
el Rio Mulito se haya secado en un trayecto cerca de 3 kilómetros de su cauce. La
escasez de agua es el problema más grave en las comunidades en este momento, y
por otro lado, la micro central hidroeléctrica, que beneficia las
comunidades de Aguas Negras, Mencía y La Altagracia, ya lleva un tiempo sin
operar por falta de agua.
Los depredadores del parque justifican
sus desmanes, diciendo que antes había cultivos y que ellos sacan millones de
pesos con sus cosechas. Pero como es costumbre en los depredadores, olvidan que
se sembraban cultivos poco consumidores de agua y para los comunitarios, se
olvidan que están destruyendo la biodiversidad y el agua, y sin ella, miles de
ciudadanos tendrán que migrar y ser más pobres, mientras los depredadores se
irán a vivir tranquilos y millonarios a sus casas ¡QUE BUENO ES ASI!
Toda la provincia Pedernales y
con ella la Región Enriquillo, deben organizarse alrededor del recurso agua,
pues somos una región con riesgos de desertificación y sequía y sin ese
importante recurso no habrá desarrollo, ni producción, ni turismo, ni vida.
Como puede observarse, algunos estamentos relacionados con el Estado, nos tienen
un desprecio que manda madre. Esos sectores se resisten a respetar los derechos
humanos y al medio ambiente. Solo les interesa su crecimiento económico a
ultranza.
Volveremos con el tema,
Rafael
Matos Féliz
Por
el Desarrollo Sostenible
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