¿Mucha confianza o actitud inexperta? Y el pero más preocupante es el
que tiene que ver con la motivación económica. El salario que devengan
esos militares y agentes no es para nada motivador. Es cierto que ese no
es motivo para “macutear” o delinquir, pero da motivos para “flaquear”.
Cualquier delincuente o grupo de estos que vaya a asaltar una
gasolinera, un comercio o a un ciudadano cualquiera, puede poner en
manos de estos agentes mucho más, en media hora, que lo que recibe
durante 30 días de servicio y vigilancia peligrosa.
Además,
montar esos agentes en un camión o una camioneta y depositarlos en una
esquina o una vía comercial, con una macana, un revolver o un fusil y
sin un centavo para alimentarse, no es una acción muy humana. De eso he
sido testigo. Militares que a las dos de la mañana, en vez de detener
un vehículo para requisarlo porque resulta sospechoso o lleva un ritmo
anormal, lo hacen para decirle: señor, como ciudadano ejemplar denos
algo porque no hemos cenado y tenemos que amanecer en esta vigilancia.
Yo lo viví. Leí también que al director del periódico El Día, José
Monegro, le pasó igual. Con acciones esporádicas y operativos cuando la
delincuencia está en su nivel más alto, no se le pone freno al delito.
Así no se combate a bandas de asaltantes que amenazan la paz ciudadana. Los operativos son, aparentemente, esfuerzos loables, pero han demostrado que no son efectivos para controlar este mal que nos amenaza. La disposición del presidente Danilo Medina, de enviar militares y policías a las calles, demuestra su preocupación por la tranquilidad ciudadana, pero, insisto, no parece la fórmula más efectiva para que las calles vuelvan a ser confiables, tranquilas y seguras. Es verdad que últimamente los salarios de los militares y policías han mejorado, pero eran TAN DEPRIMIDOS, que aún hay que retomar el tema salarial y estimularlos con dietas y alimentos decentes cuando sean llevados a las calles a realizar la labor en la que hoy se encuentran.
Así no se combate a bandas de asaltantes que amenazan la paz ciudadana. Los operativos son, aparentemente, esfuerzos loables, pero han demostrado que no son efectivos para controlar este mal que nos amenaza. La disposición del presidente Danilo Medina, de enviar militares y policías a las calles, demuestra su preocupación por la tranquilidad ciudadana, pero, insisto, no parece la fórmula más efectiva para que las calles vuelvan a ser confiables, tranquilas y seguras. Es verdad que últimamente los salarios de los militares y policías han mejorado, pero eran TAN DEPRIMIDOS, que aún hay que retomar el tema salarial y estimularlos con dietas y alimentos decentes cuando sean llevados a las calles a realizar la labor en la que hoy se encuentran.
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