Gestión construcción nuevo mercado
Por Rafael Matos Féliz
Casi
todos los barahoneros adultos recordamos que en el año 1991 (13/4/91), el mercado público del municipio de
Barahona fue devorado por un voraz incendio. Situación ésta que obligó a los
usuarios a buscar nuevas y diversas formas para vender sus mercancías y
alimentos. De esta manera, se ocuparon todos los contornos del mercado
incendiado, ampliándose su área hasta la cercanía del cementerio y también,
poco a poco, los contenes, las aceras, y las calles circunvecinas se fueron
poblando de mercaderes.
Más
tarde, y tomando en cuenta la declaración de Barahona, primero como Polo
Turístico, y luego como Cuarto Polo Turístico Ampliado (incluyendo a toda la
región Enriquillo), se le dio inicio, en el área incendiada, a la construcción
del denominado Mercado Nuevo, al cual se le pretendía dar un modelo turístico.
Se demolieron los escombros dejados por el incendio y se levantaron infraestructuras de dos niveles en
todo el interior de la cuadra. Mientras eso ocurría, la ocupación de áreas
vecinas siguió con tarantines, puestos de venta, construcciones ilegales en
aceras e incluso en las calles, hasta hacer casi imposible el tránsito por el
mercado.
Se
ocupó la pared sur externa del Colegio Divina Pastora, así como la entrada al
cementerio y todo fue un pandemonio. Se pasó de un mercado a “mercado-barrio” y ahora las “viviendas
ilegales” pasaron a ser otra mercancía de venta. La carta de presentación de los
gobiernos, central y local, fue la desidia y el desprecio y tanto el mercado
público como el nuevo “modelo turístico”, quedaron a la deriva y sin dolientes.
Las esperanzas de dotar a Barahona de un nuevo mercado, se fueron al carajo,
porque a los dizque tomadores de decisiones, también las ganas se les fueron
al otro carajo.
Se
nos dijo que desde el ayuntamiento se hicieron diligencias con el gobierno
central para la construcción del mercado, porque la alcaldía no tenía recursos
para emprender esa tarea. Hubo promesas, como siempre, y así las estructuras
levantadas para el mercado nuevo y turístico, se abandonaron y mientras eso ocurría,
todas las paredes externas de esas nuevas construcciones se fueron ocupando con
todos los tipos de tarantines y ahora lo que se tenía era un “mercado externo”,
es decir, un mercado en todas las aceras y parte de las calles de la cuadra de
la “nueva estructura”.
Devino
el irrespeto a los ciudadanos de caminar por las calles y no por las aceras.
Ahora caminar significaba tomar el medio de las calles y se nos fue
acostumbrando a correr el riesgo de un accidente de vehículo. Luego se ocupó
también la isleta de la calle 30 de mayo y todo siguió como un desorden
mayúsculo, todo lo cual se continúa hasta hoy.
Entre
los años 2004 y 2008, la JICA de Japón, la oficina de Planeamiento Urbano, la
Alianza Estratégica, el CURSO-UASD y el Clúster, realizaron numerosas gestiones
para tratar de introducir en los planes del gobierno central y del
ayuntamiento, la conclusión de los olvidados mercados. Se trabajó con los
mercaderes para su concienciación, se propusieron mercados satélites en barrios
y sectores, con el objetivo de descongestionar el área del mercado ya
arrabalizado.
Posteriormente,
entre 2009 y 2010, un grupo de Maestría en Ecología y Ambiente del CURSO-UASD,
propuso un “máster plan” para reordenar el mercado público y un poco más tarde
(final del 2010), de nuevo, la Alianza Estratégica le propuso a todas las
autoridades municipales y provinciales para que en la mesa del consenso, se
gestionara la terminación de esa obra de interés social y de salud. Pero, así
como los “marcianos” se motivaron para empujar una acción conjunta en ese
sentido, así mismo ninguna de “nuestras autoridades” movió un dedo para
posibilitar la concreción de ese sueño.
Entre
esas autoridades convocadas, estaban el Gobernador, el Alcalde, las direcciones
regional y provincial de Salud Pública, Dirección de Medio Ambiente, el Senador
y todos los diputados. Ahora de nuevo, se anuncia que se le va a meter mano a
esa emblemática obra, por tanto tiempo esperada. Estamos esperando que de
verdad ese anuncio no sea una nueva burla y de esta forma se nos dé un bofetón
sin manos a los que “tanto fuñimos”.
Les
molestaremos en otra ocasión,
Rafael Matos Féliz
Por el Desarrollo Sostenible
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