El pasado miércoles me sentí acorralado, casi aplastado. No me había pasado algo igual, en mis más de 20 años conduciendo en eta ciudad.
Me desplazaba por la 27 de febrero, cuando de repente cuatro grandes tráilers, dos delante y uno a cada lado, me hicieron sentir como una hormiga. El rugir de sus motores y el estruendo de sus bocinas, me impactaron. Recordé entonces que las autoridades municipales habían prohibido el tránsito de esos grandes camiones por el
Malecón, desde las 12 del día hasta las 12 de la noche, de lunes a viernes. Ese día eran las 3:40 de la tarde.
La George Washington estaba tranquila y despejada, pero gran parte de la ciudad estaba convertida en un caos. Ahora no sabemos en cual esquina nos encontramos con los vehículos pesados y sus imprudentes choferes.
No me opongo a que se regule la circulación de vehículos pesados por el Malecón. Veo correcto que se rescate esa parte de la ciudad para los turistas y el paseo NORMAL seguro de los ciudadanos.
Lo que no veo correcto es que el caos del Malecón se traslade a toda la ciudad. Que esas máquinas pesadas, con su carga de mercancía, circulen por cualquier calle o avenida. Entiendo que hay que movilizar esos productos y que por algún lugar se debe hacer.
Creo urgente sentar en una mesa de discusión seria y objetiva a las autoridades municipales, Obras Públicas, los empresarios y el gobierno central, para que busquen cuanto antes la forma de concluir los trabajos de la avenida de circunvalación, que sacaría del centro de la ciudad la circulación de todos los vehículos pesados que transportan mercancías desde los más importantes puertos hacia la capital y otros puntos del país. La protección y cuidado de las vidas de los turistas y transeúntes del Malecón, es tan importante como la de todos los que nos movilizamos cada día por otros puntos de la ciudad.
Últimamente nos están acostumbrando a ver soluciones positivas a males antiguos de la ciudad o del país y eso…es positivo. Solo que esas soluciones se están tomando en desmedro de dejar sucumbir otros puntos de igual o mayor trascendencia para el ciudadano.
Llamamos a nuestras autoridades a sopesar este paso para SALVAR EL MALECON trasladando a toda la ciudad el mal que estuvo concentrado en esta zona capitalina. Aplaudimos que se busque solución al tránsito pesado del Malecón, pero…¡por Dios!, que no se sustente en hacer más pesada y riesgosa la circulación por las demás calles y avenidas de la ciudad.
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