5 de marzo de 2017

EXPRESIONES

Apunta
Por Tomás Aquino Méndez
Apunta...Es cierto que no podemos vivir del recuerdo. Evidentemente que el pasado, por muy positivo y feliz que haya sido, siempre se queda atrás. Sin embargo, por el pasado, tenemos el presente que nos permite corregir errores. Si se pudiese juntar juventud y experiencia, el mundo fuera distinto. Pero, la experiencia se alcanza cuando se nos ha ido la juventud. Es por eso que, cosas que pudimos hacer, se quedan solo en nuestra memoria y deseos, que quisiéramos que asimilasen quienes nos suceden.
Sin vivir de remembranzas, ahora que el entusiasmo desborda a un gran número de jóvenes de mi pueblo: Tamayo, creo acertado recordar que ESE PUEBLO tiene una hermosa y motivadora historia. La cosecha de hoy, debe conocer ese pasado y apropiarse de lo bueno.
Desde su nacimiento, allá por el 1943, los hombres y mujeres de esta comunidad mostraron gallardía y entereza para defender su terruño, cuando se quiso regatear su conformación.
Otros nombres se agregaron con las luchas revolucionarias, destacándose figuras como Negro Reyes, Radhamés Méndez Vargas, Jose Antonio y Plinio Matos Moquete, junto a una laaaarga lista de gente con ideales democráticos y de justicia. En el aspecto deportivo, es imposible no recordar a un Héctor Romero, y con él a un pelotón de extraordinarios atletas que estamparon sus nombres en el firmamento del atletismo de nuestro pueblo y el país.
Cuando se hablaba de excelente lectura y aprendizaje, los estudiantes de Tamayo sobresalían en jornadas que nuestros profesores coordinaban con sus colegas de Duvergé, Neyba, Cabral y otros pueblos de la región.
Si de exigir derecho y reivindicaciones se trataba, ahí se destacó siempre la actitud firme y decidida de la juventud tamayense de los años 70, 80 y 90.
Reitero, no vamos a vivir del pasado. Hoy es otra época. Vivimos otros tiempos. Son otras las necesidades, pero el deseo de desarrollo y progreso es el mismo, aunque tengamos una nueva generación.
Una generación que, junto a quienes mediamos entre el antes y el presente, está pariendo a la Asociación por un Nuevo Tamayo (APUNTA). La meta de esta no solo debe ser unir a quienes estamos fuera de los más de 400 kilómetros cuadrados que constituyen el espacio territorial de este pueblo, sino, además, alcanzar obras necesarias para transformar nuestra comunidad.
Aplausos para APUNTA por los planes en carpeta. Abogamos porque, desde ella, también trabajemos para reorientar el camino de esa juventud sana, progresista, de avanzada que tiene planes y propósitos que traspasan el horizonte de su comunidad y de su propio país. Esa juventud que tiene que ser, responsable de su futuro y el de nuestro pueblo.

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