3 de febrero de 2017

A PROPÓSITO DEL DESARROLLO (XIII)

Ciudad Universitaria UASD-Barahona (3)

Por Rafael Matos Féliz

Después de la visita del ingeniero Medrano a la zona, nos quedó el sabor amargo de que algo malo se cernía sobre los acuerdos para realizar la permuta y la construcción de la Ciudad Universitaria. Pocos días después, se hicieron correr los rumores de que el Secretario de Turismo, Felucho Jiménez, tenía previsto un “gran proyecto turístico”, con españoles, en los terrenos de la Quinta Brigada y con torres de hasta 8 niveles.

Ya estábamos entendiendo qué quiso decir Félix Bautista cuando señaló, que esos terrenos representan “una extraordinaria plusvalía”.  Días después, salió un Decreto que cambiaba todo lo acordado para la permuta, modificaba las cláusulas originales, los acuerdos consensuados, y sin discutir con la UASD, mandaba a que la Ciudad Universitaria fuera construida en el “rabo del monte”. Lógicamente, nos opusimos a eso y reclamamos el respeto a los acuerdos; pero se conoce que los gobiernos, el gran capital y los empresarios, desprecian a los sectores más empobrecidos de los pueblos.

Solicitamos, mediante comunicación, las cláusulas y acuerdos originales y los oídos sordos fueron las respuestas del nuevo gobierno. Se nos dijo después, que en realidad en el gobierno no estaban interesados en la permuta. sino en construir una nueva Ciudad Universitaria, pero donde ellos quisieran. Ahora, desde la guardia, se continúa con el interés de mantener las violaciones a los acuerdos y pretenden ocupar los terrenos de Riochill y mantenerse en la Quina Brigada también. ¡Qué bueno es así!

Cuando vimos todas esas violaciones propiciadas por el propio gobierno, a los planes y acuerdos consensuados, en el CURSO se gestionó para que el entorno de la nueva Ciudad Universitaria no sea un arrabal, como muchos sectores partidistas buscaban. Ahora los miembros del nuevo partido en el poder, también se frotaban las manos para buscarse un pedazo en los terrenos de la Quinta Brigada. Y para llevar a cabo esos desmanes, se tomó a la inmobiliaria local del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), para que “vendiera a trocha y mocha” todos los terrenos restantes a “partidarios o amigos”.

Es de ahí, que con más de 20 entidades sociales, religiosas, territoriales, se consensuó un Reglamento de Uso de Suelos de esos terrenos para un futuro desarrollo sostenible del municipio y provincia. Ese reglamento, además de la Ciudad Universitaria, prevé un Centro Tecnológico, la ubicación de todas las oficinas del Estado (Gobernación, IAD, Agricultura, INDRHI, el Ayuntamiento, etc.). También se incluyó un Centro Cultural, un área ambiental ecológica y el Bulevar del Malecón, incluyendo desde El Cayo hasta el Puerto Marítimo de Sal y Yeso.

Dicho Reglamento fue aprobado a unanimidad el 5 de agosto del 2005 por la Sala Capitular del Ayuntamiento, con la presencia de 23 organizaciones de la provincia.  Además propusimos, al mismo tiempo, otro Reglamento para la creación de un Parque Fluvial Urbano con el Río Birán, como elemento clave para la adecuación ambiental, de salud y vial en el municipio. Este otro reglamento también fue aprobado el mismo día.

Pero para desgracia y desdicha del municipio y provincia de Barahona, ambos reglamentos fueron tirados al zafacón por el Gobierno Central y por el propio Ayuntamiento. En el caso del reglamento relacionado con los terrenos de la Quinta Brigada, solo se trabajó con lo del bulevar y no como fue acordado, sino como le dio la gana a Turismo. Después se “vendieron o regalaron” varios solares. Se construyó una “Central de Ambulancia”. Ahora se hace la llamada “Circunvalación Interna” y aparece una familia de apellido Montás y dice que lo que queda del terreno le pertenece. ¡EPA!

En el caso del reglamento para el Parque Fluvial del Río Birán, a los pocos meses de aprobado el mismo, varias personas tomaron las márgenes y aproches de los puentes para hacer construcciones ilegales, como fueron los casos de los puentes de las calles Arzobispo Nouel, María Trinidad Sánchez, Delicias y Padre Billini. Las malas lenguas dijeron que eran amigos del alcalde o del ayuntamiento. Pero eso no lo sabemos.

Finalmente, la Ciudad Universitaria fue construida, pero el área total que para la misma estableció en el decreto, 105 mil metros cuadrados, al final le restaron 13 mil; dejando en ellos chiqueros de vacas, viviendas y solares que fueron tasados para pagarlos, a fin de crear todo un entorno académico y esto último no se llevó a cabo, sin embargo se dijo que el presupuesto gastado cubrió todo lo previsto, aunque no se hiciera.

Nos contactamos en otra ocasión,

Rafael Matos Féliz

Por el Desarrollo Sostenible

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