Donald Trump tiene que sortear un trámite para poder ser proclamado presidente de Estados Unidos: la votación en el Colegio Electoral del lunes.
No hay que olvidar que lo que ganó el magnate en las elecciones
del pasado noviembre fue la mayoría de los delegados en ese órgano. De hecho, Hillary Clinton venció en el voto popular por más de 2,8 millones de
diferencia.
¿Será un mero trámite para Donald Trump? Todo parece indicar que
sí, pero no podemos olvidar que hay un precedente en la historia en que el
Colegio Electoral no votó por el ganador de la elección.
Fue en 1836, cuando
el órgano le negó a Richard Mentor Johnson los
votos necesarios para ser nombrado vicepresidente en
la fórmula que compartía con Martin van Buren.
Una
sorpresa
Lo normal es que
los delegados se apeguen a su mandato de las urnas, a pesar de que hay una
lista de casos aislados en que se han negado a apoyar al candidato con que
estaban comprometidos: los llamados electores tránsfuga (faithless electors, en
inglés).
Pero hace 180 años,
se dio un caso histórico con el candidato a vicepresidente que perdió en el
Colegio Electoral, pese a que había ganado en las urnas los votos electorales
suficientes.
Según el Archivo Nacional de EE.UU., 23
electores del estado de Virginia se opusieron a votar por Richard Mentor Johnson. Esto ocasionó que no recibiera la mayoría necesaria.
La décimo segunda
enmienda
De todos modos, resultó vicepresidente gracias a que el Senado
hizo uso de su derecho de aplicar la décimo segunda enmienda. Esta dice que "si
ninguna persona tiene mayoría de votos, entonces de los dos con mayor puntaje
en la lista, el Senado elegirá al vicepresidente".
Así, tras 3 décadas en el Congreso cosechando amigos y enemigos,
Johnson se convirtió en compañero de fórmula de Van Buren.
Durante el trascurso
de su carrera política, el
congresista participó de la Guerra anglo-estadounidense de 1812. Allí, tuvo su parte
en la Batalla del Támesis en 1813, donde se presume que él, personalmente, mató
a Tecumseh, el jefe del pueblo indígena shawnee, que se oponían a la
ocupación de sus tierras.
Los opositores a Johnson en el Congreso alegaron que su dudosa
hazaña, ya que nunca se identificaron los restos del jefe indígena, fue lo que
le permitió el nombramiento como vicepresidente.
El rechazo de
Virginia
En la elección de
1836, el candidato demócrata-republicano, Martin van Buren, ganó el voto popular
y el voto electoral.
Van Buren obtuvo
cerca del 60% de los delegados al Colegio Electoral, aunque su ventaja en el
popular fue de poco más del 50%.
Pero a su compañero
de fórmula, Richard M. Johnson, no le fue tan bien. Los 23 electores demócrata-republicanos de Virginia votaron por Van
Buren pero se negaron a darle el respaldo a Johnson.
Los denominados
"faithless electors" (tránsfugas) se abstuvieron de apoyar a Johnson, ante acusaciones de que tenía hijos con una mujer afroamericana, según
información del archivo de la ONG Fair Vote (Voto justo).
Y aunque la
decisión final recayó en el Senado, donde Johnson fue finalmente electo por un
voto mayoritario como el nuevo vicepresidente de Estados Unidos, se sentó un
precedente histórico.
Este lunes, Trump
debería contar con 306 votos y Clinton con 232. Pero no es imposible que el
resultado no sea ese. Hay un precedente.
Fuente: BBCMundo.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.