Por Salvador Holguín
Hay un viejo refrán que
dice: "Quien me engaña una vez sinvergüenza es, quien me engaña dos
sinvergüenza yo", es uno de los cuales debemos tener bien
presente con Haití, significa que si no cambiamos seguiremos siéndolo toda
la vida o que somos masoquistas, justo lo que le viene pasando a la República
Dominicana con los haitianos, que en reiteradas ocasiones hemos sido solidarios
con ellos, apoyándolos en momentos difíciles y luego se despachan con ataques
feroces e insultos contra nosotros, para no reconocer lo que hacemos por ellos.
No tuvimos que esperar
mucho tiempo para que lo que le dijimos a nuestro amigo presidente, saliera tal
cual. La primera reacción fue: “Congresistas haitianos le dan 24 horas a
soldados dominicanos mandados por Danilo para que salgan de Haití”, la segunda:
“Haitianos se enojan por ayuda de RD, alegan que es una invasión de productos y
militares criollos", entre otras.
Cuando el terremoto
devastador del 2010, el cual dejó 316 mil personas fallecidas, 350 mil heridas,
y 1.5 millones quedaron sin hogar, siendo una de las catástrofes humanas
más graves de la historia, el primer país que fue en auxilio con los
vecinos haitianos fuimos nosotros, dejando de atender la problemática social
dominicana, que bastante grande es, para ir a atender la de ellos. Los médicos y
voluntarios de la Defensa Civil, militares del más alto nivel, acompañaron al
presidente de entonces, el Dr. Leonel Fernández Reyna, en representación de los
dominicanos, que en un exceso de solidaridad hasta una universidad le
construyó, y aún así fueron atacados, donde se vio en peligro la vida del
mandatario y la de los que le acompañaban.
El pueblo dominicano
tiene razones sobradas para no estar de acuerdo con el gobierno y Danilo
Medina, en estar dando nuestros recursos a ingratos y malagradecidos,
medicina, comida, planteles educativos, asfaltos y poner de relajo el material
humano de nuestra nación, para ir a asistir personas que solo nos falta
entregarle nuestro territorio y la soberanía, las cuales ellos siempre se han creído
que les pertenece e intentando ocuparla, pero no van a poder, porque encontrarán
hombres y mujeres dispuestos a defender la patria de Duarte, Sánchez y Mella, hasta con la muerte.
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