Por Rafael Matos Féliz
En estos días y después del accidentado
proceso electoral dominicano, como colofón aparece la “preocupación”, por parte
de autoridades del gobierno y de congresistas, de que la delincuencia es un mal
que está afectando en forma grave y permanente a la sociedad y pueblo
dominicanos. ¡Es bueno saber que ya no
es una percepción!
Me imagino los apretones de manos, abrazos y
las celebraciones que se han estado dando “los delincuentes”, pues ahora se les da toda
la razón para no tener armas legales, sino ilegales, como ha sido siempre su
costumbre; pues con la nueva ley, a ellos no se les va a tocar ni con el pétalo
de una rosa. Dirán orgullosos ¡Viva el
desarme a los civiles que no son delincuentes!
Como yo soy un poco tonto y sufro del
síndrome de la idiotez, me pregunto ¿Y qué pasará con los policías y militares
que según la Fiscal del Distrito Nacional, participan en el 90% de los actos
delictivos con armas legales, en robos, atracos e incluso en asesinatos y son
parte de las estadísticas de la delincuencia que afecta a la sociedad?
En nuestro país, hay muchas personas que
cuando se habla de esas cosas toman como
referente, algunos casos ocurridos en Estados Unidos, como por ejemplo la
reciente matanza de Orlando. Con ellos, justifican y aprueban la “ley del
desarme”. Pero estas personas pasan por alto la descontextualización que hacen
de las realidades y situaciones. Asumen que el hecho de portar armas en EE.UU.
es la causa de los asesinatos…y así las cosas, lo que hay que hacer es
desarmar.
Contextualicemos
un poco. Según Jaime
Hernández del Universal, Keith Allison, un congresista demócrata, la organización Think
Progress, la analista Allison Jennifer
Vey del Brookings Institution, el periódico The Sun y muchos otros más, señalan
que “un ambiente de miseria, frustración
y desesperanza de la comunidad negra y pobre de EU, han sido el caldo de
cultivo de las violencias callejeras. La infancia de jóvenes discurre en un
gueto, bajo las peores circunstancias: pobreza, desempleo, deserción escolar,
embarazos juveniles, la drogadicción y la violencia". Como sentencia señalan
que: "hemos estado operando, desde hace
bastante tiempo, bajo un modelo económico que claramente no está trabajando
para un gran número de personas en este país”.
“Lo que
hizo la guerra (falso argumento) contra las drogas en EE.UU.. fue facilitar una
función de control social. Es decir, se buscó simplemente mantener a los pobres
boca abajo con el pretexto de las zonas libres de droga. Esta estrategia sirvió
de excusa a todo el mundo para operar al margen de la ley y el derecho”.
¿Qué se
busca aquí con el desarme de los ciudadanos que portan armas legales?
Ya
estamos viendo, como a diario se opera al margen de las leyes y del derecho, lo
hacen ministerios, legisladores, funcionarios, jueces, direcciones, alcaldías,
personas adineradas, militares, policías. Si este es nuestro contexto, ¿estamos
esperando que los pobres, ciudadanos comunes y delincuentes, cumplan y respeten
las leyes?
Otro
ejemplo halado por los cabellos. Islandia
es el país del mundo con menor índice de criminalidad. Allí, el 28.13% de la población porta armas de
fuego (casi de cada 3 personas, una tiene un arma de fuego) y los policías
andan desarmados. Islandia tiene el ranking mundial de ser el décimo quinto
país del mundo en poseer armas de fuego per cápita. Pero en Islandia, el
Parlamento prepara leyes para la lucha contra el crimen organizado, contra el
narcotráfico, y la justicia allí cumple de manera cabal su función de ser una
aliada de la sociedad y del orden y el derecho.
Por
ejemplo, veamos estas cifras de la ONU: en 2009, la criminalidad en varios
países fue como sigue: Brasil 43,909 homicidios, Estados Unidos 15,241
homicidios, Reino Unido 724 homicidios, Dinamarca 47 homicidios e Islandia 1 homicidio.
¿Razones? En ese
país, en primer lugar, casi no hay diferencia entre la clase alta, la media y
la baja. Con eso, la tensión económica entre clases es inexistente, la igualdad es la principal causa detrás de
la casi ausencia de crimen.
“Aquí en
Islandia, los hijos de los magnates van al mismo colegio o escuela que el resto
de los niños”, al señalar que el sistema de servicios públicos y educación
promueve la igualdad. Lo mismo ocurre con los servicios de salud y los demás
servicios públicos. No se sustrae el dinero del pueblo para riqueza ilegal ni
mal habida ni se arropa todo con el manto de la impunidad.
¡¡Bueno!!
Me parece que el Gobierno Dominicano, el Estado todo y en especial los
congresistas, tienen una buena tarea por delante para disminuir y hasta eliminar
la delincuencia y el crimen organizado en nuestro paisito que algunos llaman
paisaje; tienen un magnífico ejemplo en Islandia, jejejeje.
Hasta
pronto!
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