Por Alejandro Santana
Parecería un cuento, contado a lo Gabriel García Márquez o a lo
Juan Bosch, pero no es así. Tampoco es una fábula, es realidad que desde el
viernes 13 en la tarde se ha venido manifestando.
Ocurre que hay candidatos que tienen, o tenían, ejércitos de activistas en barrios, donde iban y se reunían con seguidores incondicionales que los
favorecían con el voto.
Cuando el voto no costaba tanto, ahora es distinto y el voto de
solidaridad ha pasado a la historia en estas elecciones.
Indagando, como siempre, tuve acceso a varias de esas mujeres que
fungen como lideres barriales de candidatos y candidatas, donde éstos acudieron
a ver cómo andaba la disposición del voto hacia ellos.
¡Dígame compañera, qué me tiene!.."Le tengo unas veinte personas
que se han comprometido a votar por usted, pero hay que ponerle algo en las
manos………"
¡Bueno compañera, haga el trabajo, que voten, que el próximo 16
vengo por aquí y resuelvo esta parte", ha sido la respuesta del candidato.
No es que la gente ha dejado de ser "solidaria", es que los
candidatos y candidatas han burlado a sus seguidores en los barrios donde
fueron hace cuatro años, nunca más volvieron, pero ahora han vuelto.
Y el elector ha aprendido de la farfullería de los políticos,
cuando quieren el voto, te prometen hasta "construirte un rio".
Pero alcanzado el triunfo, si te he visto no me acuerdo, y por eso
es que he dicho que la recta final de una campaña política es el tramo más
crucial, es como el jugador de baloncesto, que en la recta final se te
atrinchera y hay que pagarle o no hay serie final.
Hay mujeres líderes de barrios que han dicho que a tal o cual
candidata o candidato no lo vieron luego de cuatro años cuando votaron
por ellos y ahora han ido, pidiéndole de nuevo su voto y el de otras que
también lo hicieron.
El voto cuesta y no es el ciudadano votante el que le ha puesto
precio, son los amigos políticos, candidatos, que por sus promesas incumplidas, le han puesto precio.
En una ocasión le pregunté a una amiga legisladora, ¿por qué
los cuatro Diputado de la Provincia no se unifican, y en vez de regalarle 500 pesos a
una persona en un barrio, no visualizaban hacer una obra para el uso de la
comunidad, que sería agradecida por todos, que quedaba como testimonio y sería
el compromiso de dar nueva mente el voto?
A cosas como estas, nuestros políticos no le prestan atención,
ninguno se deja asesorar, son como caballos desenfrenados, que cuando toman un
camino no hay quien los haga reflexionar.
Por eso hoy, para muchos políticos, es difícil el momento de
la recta final, sólo el Presidente Danilo Medina puede tener las agallas para
pedir el voto de la manera que lo ha venido haciendo, pues en cada rincón del
territorio ha construido, aunque sea una escuela.
La gente no ha cambiado, nunca ha habido conciencia clara y la
primera vez que hubo relámpagos de conciencia fue cuando votamos por Juan
Bosch, luego vino el golpe y muy pocos salimos en defensa de ese voto.
De ahí instalamos a Balaguer, nos gobernó veinte años, subimos al
PRD y ganamos malas experiencias, retornamos nuevamente a Balaguer.
Los mejores líderes murieron sin alcanzar el poder o volverlo a
alcanzar, vino Leonel y luego Danilo, hay que decir que han organizado el
desorden de país a grandes rasgos.
Pero si nos remontamos a la realidades de las Provincias, en muy
pocas tenemos verdaderos líderes, y si los tenemos, de seis, sólo uno
lo ejerce a su manera, pues es solidario a su manera, sociable a su manera,
hace lo que él cree, no lo que demandan las comunidades.
Ese tipo de acciones le ha puesto un precio muy alto al voto y por
eso la intención del voto siempre a última hora cambia y solo cumplimos con ese
compromiso los que votamos temprano, los demás esperan para última hora a ver
quien le da más por el voto, pero no le hables de fiao, que el voto no se fía.
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