14 de abril de 2016

¡Qué Bueno, Asfaltaron la Cañada de Tito! ¡Gracias Carlos García!

Por Alejandro Santana
Al levantarme la madrugada de este jueves, 14 de abril, 3 de la madrugada y colocarme frente a mi computador, veo el despliegue de fotos, difundidas por el Director Regional de Obras Publicas, dando cuenta del asfaltado de la cañada de Tito, como algunos le dicen.
Sin lugar a dudas, los sectores avanzan en la medida en que las autoridades construyen las obras demandadas por sus moradores.
Es una responsabilidad de quienes nos dirigen y no es un regalo ni tampoco es gratis, es la devolución pírrica a la contribución nuestra a través del pago de impuestos y hacemos esa contribución hasta comprando un plátano en cualquier colmado de barrio.
Claro que en las ejecutorias a favor de la  gente, de los sectores, hay hombres involucrados, pero no se involucran porque son buenos, ejecutan acciones porque también les pagamos  para eso, nada nos sale gratis.
Pero qué pena. Fui testigo de las jornadas de protestas, de las peticiones públicas a través de los interactivos y los medios digitales, para que se pudiera prestar atención a la problemática del asfaltado de la Cañada de Tito.
Y lo han logrado debido a la lucha incansable de sus moradores, que estaban cansados del lodo y el polvo y de las dificultades para penetrar al sector.
Pero realmente se hizo el trabajo que había que hacer en ese lugar? Claro que no. Sólo se asfaltaron las vías principales, pero hasta donde se visualizó el desagüe de las aguas en temporadas de lluvias.
Se les ha callado, querían calles asfaltadas y ahí las tienen. Pero se ha solucionado el problema principal?. Claro que no, y las autoridades lo saben. Pero celebramos igual que cuando acudimos a los sectores un día y casi siempre en momentos electorales con la funda de productos comestibles conteniendo la mala comida de un día.
Pero igual celebramos. Difundimos el hecho del asfaltado sin ningún criterio urbanístico, a sabiendas de que en lo real solo hemos lavado la cara y hemos cedido a los reclamos subidos de tonos.
Se asfaltan algunas calles de la cañada atendiendo a las protestas que impidieron que se reasfaltara la vía principal de Sávica, mientras la cañada seguía llena de polvo y lodo en tiempos de lluvia.
Se cedió a presión, si no lo hacían,  los moradores de la cañada no permitirían que se siguiera con el programa de reasfaltado en las inmediaciones del lugar.
Qué pena que se celebre como acción gubernamental a favor de un sector el asfaltado que se ha logrado con la lucha de gente que estaban cansados del polvo y el lodo.
Qué pena que haya sido de ese modo, qué pena que se destaque como un gran favor del Estado en beneficio de un sector pobre.
Lo de la cañada de Tito tiene su lectura, y los barios que llevan varios años o programas de asfaltado reclamando por tres pedazos de calles, como los del barrio Enriquillo, deben emular las acciones de los moradores de la cañada o se quedarán una vez más sin el asfaltado de tres pedazos de calles.
No minimizo la acción del Estado, queremos calles asfaltadas y el Estado nos asfalta las calles que reclamamos con presión, es como decir, ¡el pueblo quiere fiesta, pues démosle fiesta!.
Pero, hasta donde es de calidad la fiesta que nos brindan? ¿Hasta dónde se ha estado cumpliendo con las necesidades reales del pueblo?. Se han asfaltado calles en cierto lugares sin el sistema de agua potable, y sin  sistema de cloacas ni sistemas de recolección de aguas residuales, por eso critico que estemos celebrando lo que debimos hacer hace diez años.

Eso no cambia el panorama político, la reelección va a ganar y lo hará de calle, la mayoría está en reelegir  al Presidente Medina, pero por favor, devuelvan al pueblo que paga sus impuestos obras de calidad real, para que celebremos llenos de júbilo. Pero si eso hace feliz a funcionarios, digamos  como decimos luego de patronales y de carnaval, ¡gracias Chino Video!, diciendo esta vez, ¡gracias Carlos García!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.