Algunos datos sobre la base norteamericana en Guantánamo de Cuba
Desde hace 113 años, un pedacito de Cuba está bajo control de Estados
Unidos por un alquiler anual que podría ser el que se paga mensualmente por un
buen apartamento en una gran ciudad.
La historia del arrendamiento de
Guantánamo está llena de curiosidades y constituye
uno de los principales
escollos en el proceso de deshielo que iniciaron ambos países el 17 de diciembre de 2014.
Raúl Castro, presidente de Cuba, tendrá la oportunidad de mencionar el tema
a su homólogo, Barack Obama, en la histórica visita que realiza a La Habana el
mandatario estadounidense los días 21 y 22 de marzo.
No será una novedad. Cuba insiste sobre todo en dos aspectos para que la
normalización de relaciones entre los dos países, enemigos ideológicos durante
más de medio siglo, se consume.
El primero es el fin del embargo económico y comercial que Estados Unidos
impone a la isla desde 1961.
El segundo es la devolución de la base Guantánamo, situada en la región del mismo nombre en el sureste de la isla, frente a la
costa de Haití, un lugar estratégico en el Mar Caribe.
Así lo recordó el diario oficial "Granma" la pasada semana en un
editorial:
"El territorio ocupado por la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo,
en contra de la voluntad de nuestro gobierno y pueblo, tiene que ser devuelto
a Cuba, cumpliendo el deseo unánime de los cubanos desde
hace más de cien años".
Enmienda Platt
Desde 1903 concretamente, cuando Estados Unidos intervino en la guerra de
Cuba contra España por lograr su independencia en 1898. Pero el respaldo no fue
gratuito.
En la primera Constitución de la
República de Cuba, Washington forzó la inclusión de la llamada Enmienda Platt,
por la que la isla
quedaba obligada a ceder partes de su territorio a su vecino del norte.
Se reconocía la soberanía de Cuba, pero se preservaba suficiente influencia
como para proteger los intereses estadounidenses.
De este modo, el 16 de febrero de 1903,
los presidentes de ambos países, Tomás Estrada Palma y Theodore Roosevelt,
firmaron un acuerdo por el que Cuba cedía a Estados Unidos "por el tiempo necesario y para los
propósitos de estación naval y estación carbonera" dos territorios, en Guantánamo y en Bahía Honda. Éste último nunca se hizo
efectivo.
En
el acuerdo se reconocía la soberanía de Cuba, pero el territorio quedaría bajo
la "jurisdicción completa y el control" de Estados Unidos.
El 2 de julio de
1903, ambos países firmaron un tratado en el que se especifican los detalles del
arrendamiento. Por ejemplo, que Estados Unidos se hace cargo del mantenimiento
de la valla. Y el precio: "La suma anual de dos mil
dólares en moneda de oro de Estados Unidos".
Luego veremos
realmente qué valor monetario tiene ese anacronismo.
Ese
precio era alto para la época, pero Cuba no incluyó ningún tipo de ajuste de
precio, por lo que ahora, el alquiler de los 116 kilómetros cuadrados resulta
ínfimo.
"Se puede decir
que lo que paga Estados Unidos por
Guantánamo es casi nada", afirma el profesor Michael Strauss, que
enseña en el Centro de Estudios Diplomáticos y Estratégicos en París, autor
del libro "The Leasing of Guantanamo" (2009) y quizás sea el mayor
experto sobre la curiosa relación legal.
Pero más que "casi
nada", sería más ajustado decir "nada". Desde el triunfo de la
Revolución en la isla en 1959, Cuba sólo cobró una vez el cheque por el
alquiler anual.
"Por
confusión"
Al menos así lo
aseguró Fidel Castro en una de sus "Reflexiones" en el diario Granma
en 2007, cuando aún era presidente.
"El (cheque)
correspondiente a 1959, por simple confusión, fue convertido en ingreso
nacional. Desde 1960 hasta hoy jamás se
han cobrado y quedan como
constancia de un arrendamiento impuesto durante más de 107 años".
Cuba consideró
siempre a la base de Guantánamo como el reflejo del "imperialismo" de
Estados Unidos, que además de influencia ganó una plaza estratégica para sus
embarcaciones en el Mar Caribe.
Las relaciones se
rompieron tras la Revolución, pero Estados Unidos mantuvo
Guantánamo.
Aunque nunca hubo
una pelea militar por el enclave, sí se registraron en el pasado pequeños
enfrentamientos entre soldados de ambos países. Tras la reja existe una zona
intermedia, ya en Cuba, que funciona como territorio de nadie y que incluso
llegó a estar minado.
Pasaron los años y Estados Unidos fue reinterpretando los usos de estación
naval y carbonera especificados en el acuerdo.
Como parte de esa interpretación decidió abrir en 2002 el penal en la base de
Guantánamo, criticado por la comunidad internacional y para cuyo
cierre el presidente Obama presentó el mes pasado un nuevo plan que deberá
aprobar el Congreso.
Que el territorio sea soberanía de Cuba pero con jurisdicción de Estados
Unidos, genera lo que Strauss denomina un "agujero negro legal".
"El monstruo de Frankenstein"
Al no ser territorio de Estados Unidos, los métodos de interrogatorio y las
garantías para los presos no responden ante las leyes del país. Ni ante las de
Cuba. Un limbo donde ni La Habana ni Washington ni la comunidad internacional
ejercen jurisdicción.
"Guantánamo puede verse como un
equivalente territorial al monstruo de Frankenstein: un lugar que elude el control legal de
Estados Unidos y de Cuba", dice Strauss.
Obama aspira a cerrar la prisión, pero en ningún momento habla de entregar a
Cuba el territorio de Guantánamo. Las autoridades
niegan que eso vaya a suceder y dicen que es un asunto que no está en
discusión, pese a que La Habana siempre lo pone sobre la mesa.
Strauss
asegura que como el alquiler nació de un acuerdo ejecutivo entre los dos presidentes,
Obama podría dejarlo también sin efecto si lo acuerda con Raúl Castro. En ese
caso no sería siquiera necesario el visto bueno del Senado.
Además, como el
alquiler no es a perpetuidad, podría cesar en cuanto el Pentágono reconozca que
su uso ya no es necesario.
No parece probable
que nada de eso suceda. La entrega, si se llegara a producir, quedará para
próximos gobiernos.
Y los republicanos no son muy partidarios de hacerlo.
El senador
republicano y excandidato a la presidencia Marco Rubio, de origen cubano,
recordó la pasada semana en un debate que se opone al deshielo y que los
terroristas más peligrosos deberían ser confinados en Guantánamo.
Valor
escaso
Ahora que los dos
países se acercan, ¿qué valor tiene realmente Guantánamo para Estados Unidos?
"Una vez que se
cierre la prisión, casi ninguno", dice Strauss, que señala que
con los avances tecnológicos, el repostaje de naves en la bahía ya no tiene
sentido, por lo que no se justifica la presencia de la Marina.
"Puede ser un elemento
útil para negociar", afirma el experto, que cree que Estados Unidos podría ceder el
terreno a cambio de concesiones.
De hecho, la ley Helms-Burton de 1996 ya estipula que Estados
Unidos puede dar los pasos para su devolución con la condición de que Cuba
instale un gobierno democrático, por lo que de alguna manera indicaba que el valor militar y
estratégico es ya escaso o nulo.
Pero mientras, la
base y la prisión siguen funcionando. Un total de 5.394 personas, entre
militares y civiles, trabajan allí cada día, según confirmó la base.
Y por lo tanto, el
Departamento del Tesoro de Estados Unidos sigue enviando los cheques a Cuba.
Antes del 17 de
diciembre del año pasado, cuando se restablecieron relaciones diplomáticas y se
reabrieron las embajadas, lo hacía a través de la delegación suiza.
El precio: US$4.085
al año, según el último ajuste que hizo Estados Unidos en 1973.
Cuba
no los cobra, y los cheques, según el ejemplo que publica Strauss en su libro
"The Leasing of Guantanamo", se anulan si no se cobran en un año.
Se cargan a la
Marina estadounidense y se dirigen al Tesorero General de la República de Cuba,
figura que desde hace años no forma parte de la estructura del gobierno de la
isla.
Ni el Departamento
del Tesoro, ni el de Defensa ni el de Estado respondieron las peticiones de BBC
Mundo para saber adónde va a parar ese dinero.
Fuente: BBCMundo.-
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