Controlar la delincuencia. Frenar la cantidad de robos y asaltos que atemorizan al ciudadano, debe ser el compromiso fundamental de las autoridades policiales y militares.
De hecho, cada vez que uno de los “jefes” de los cuerpos armados habla, anuncia acciones para eso. Pero, del dicho al hecho, hay un laaaaargo trecho.
Aunque no conozco de tácticas militares, me atrevería a sugerir un cambio en el accionar de las autoridades. Todo indica que en tan solo lanzar miles de agentes y militares a las calles no acabará
con los robos, asaltos y actos delictivos mayores. Hay que intentar viniendo de menor a mayor. Tamayo es un pueblo pequeño del Sur, de hombres y mujeres laboriosos. Hasta hace pocos meses un pequeño territorio de paz.
De un tiempo a esta parte el narcotráfico se hizo presente.
Jóvenes nativos y visitantes fueron convirtiendo poco a poco a esta comunidad en una zona invivible por el consumo de drogas.
Las autoridades, a pesar de las denuncias, públicas y directas, nunca actuaron para enfrentar el naciente problema. Hoy, a la abundante droga que ha invadido el pueblo y la zona, se han agregado las acciones violentas que se derivan de ésta.
Ya que no se “pudo” contener la hemorragia en sus inicios, a pesar de las denuncias, hoy se puede frenar el avance con acciones directas.
Un reportaje del periodista Benny Rodríguez describe la dramática situación que vive este pueblo. Si las autoridades quieren devolver la paz a Tamayo, pueden hacerlo en pocas semanas.
Solo hay que mostrar disposición. Reforzar la vigilancia. Adecentar el destartalado “cuartel” que sirve de base a los agentes y evitar “la componenda” con quienes se han dedicado a vivir del delito. Las acciones policiales en barrios “calientes” de la capital y las grandes ciudades empujó al interior y otros sectores, a jóvenes dedicados a delinquir, consumir y traficar con drogas.
La misión de las autoridades no debe ser llevar tranquilidad exclusivamente a las grandes ciudades.
La paz tiene que ser para todos. Por eso, los planes de seguridad y protección ciudadana tienen que ser más efectivos en nuestros pequeños pueblos.
Desde Barrio Seguro, hasta hoy, han sido varios los planes de seguridad anunciados.
Los resultados no han sido tan efectivos, hasta ahora.
Es tiempo de revisar ese accionar y ver si devolviendo la paz a los pueblos pequeños, podemos alcanzar la paz de nuestro pueblo grande: República Dominicana.
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