Teólogo de la liberación dice el Papa está inaugurando otra iglesia
El permiso temporal concedido por el papa Francisco para que los
sacerdotes perdonen a mujeres que hayan abortado supone "abrir una
puerta" que "ya no se cierra" para la iglesia Católica, afirmó
el teólogo brasileño Leonardo Boff.
"El papa está
inaugurando otro tipo de Iglesia, adecuada a la globalización", dijo el
exsacerdote, quien contó que colaboró con la encíclica sobre ecología que
Francisco divulgó este año.
Lo que sigue es un
resumen del diálogo telefónico con este escritor de 76 años, que vive en una
zona campestre del estado de Río de Janeiro.
¿Qué opina del permiso temporal
que concedió el papa Francisco para que los sacerdotes puedan absolver del
"pecado de aborto a quienes lo han practicado y que estén
arrepentidos"?
Esta decisión está
ligada directamente al concepto fundamental que el papa tiene del evangelio
como misericordia. Dios tiene un amor incondicional y su misericordia no tiene
límites. Solamente un cristianismo doctrinario, apologético, yo diría casi
machista y sin misericordia, es duro en eso.
Este papa ha
declarado claramente: yo no voy a dirigir la Iglesia por el poder sino por el
amor y la misericordia. Esta decisión es absolutamente coherente con su
mensaje.
Usted habla de una misericordia
sin límites, pero el perdón se podrá conceder sólo durante el Año Santo (entre
el 8 de diciembre próximo y el 20 de noviembre de 2016). Visto así no parece un
cambio duradero…
Sí, pero esto es
abrir una puerta. Y una vez abierta la puerta, ya no se cierra. Significa que
él tiene cierta pedagogía, cierto sentido de proceso. No es un proceso que va a
retroceder. Empezó ahora y el Año Santo es una ocasión muy oportuna, porque es
el año de la misericordia y del perdón de todas las deudas. Se abre una puerta
y esta será una actitud pastoral permanente en la Iglesia.
¿Cree que esto anticipa un
cambio doctrinario dentro de la Iglesia?
Creo que el papa no
va a discutir las doctrinas. El dice siempre que la realidad está por encima de
las doctrinas. Si la realidad dice que hoy hay muchos divorcios, el concepto de
familia está cambiando cada vez más, y para él lo importante es que hay amor.
Donde hay amor, sea en el primero o segundo matrimonio, ahí hay algo de Dios.
La Iglesia rechaza por ejemplo
que aborte una niña de 10 años violada y embarazada, como ocurrió en Paraguay.
¿Cómo se coloca la realidad sobre las doctrinas ahí?
Creo que el papa no
iba a hacer eso; él iba a entender. El obispo local o la iglesia local pueden
hacer eso porque hacen deducciones: no se puede cometer aborto porque importan
las personas. Eso es abstracto.
La pregunta es cuán reformista
es el papa Francisco: algunos creen que está impulsando cambios de fondo y
otros que son apenas de actos cosméticos de alguien que en definitiva es el
guardián de la doctrina católica…
El es guardián de la
tradición de Jesús. Porque la doctrina católica es una invención de teólogos.
Cada época elabora su teología. Pero hay valores que marcan una ruptura. Es
decir: aquí empieza algo nuevo. Y este papa vive de esa ruptura. No es
populista, no es nada. El vive su profunda convicción como hombre religioso. Ya
lo vivía como cardenal en Argentina fuera del palacio, utilizando los medios
comunes, el bus y el metro, iba solo a las villas miseria.
El papa también dijo que no era
quién para juzgar a una persona gay, pero su Iglesia sigue condenando la
práctica homosexual y oponiéndose al matrimonio gay. ¿Cómo ve eso?
El papa en eso está
innovando en la línea de la misericordia y la comprensión. El dice: hay que
hacer una revolución pastoral, el pastor tiene que tener olor de oveja, caminar
junto con su pueblo. Y él entiende la condición humana, entonces no tiene nada
de rigidez.
Y respecto a los abusos
sexuales dentro de la Iglesia, está haciendo todo lo que debe para atacar este
problema grave?
Ahí el papa es
implacable, es tolerancia cero. Ese nuncio apostólico de Santo Domingo fue
inmediatamente condenado. Un cardenal de Irlanda fue inmediatamente dimitido y
enviado a un convento a hacer penitencia. Es rígido porque es pecar contra un
inocente, abusar de quien no puede defenderse. Ese crimen tiene que ser juzgado
por la justicia civil, y el papa tiene claro eso. Un crimen no puede ser
ocultado como fue en los dos pontificados anteriores.
En marzo hubo una polémica en
Chile porque el Vaticano defendió el nombramiento de un obispo acusado de
encubrir abusos sexuales. Hay quienes señalan que en los hechos no se ven tantos
cambios…
Todos los cambios
necesitan procesos, no se hacen de la noche al día. Se hacen con prácticas
nuevas y es un proceso pedagógico donde las mentes van madurando. Muchos se
quedan atrás y otros que son muy conservadores serán cada vez más aislados.
El papa está
inaugurando otro tipo de Iglesia, adecuada a la globalización. No puede ser una
iglesia occidental, porque Occidente es cada vez más un accidente en la
historia y la iglesia no puede ser rehén de esa cultura occidental.
¿El papa consultó sus escritos
para preparar la encíclica que lanzó este año sobre ecología?
No es bueno hablar
sobre esto. Pero tres veces fui solicitado a enviar materiales mediante el
embajador argentino en la Santa Sede. Con gran alegría he constatado que muchas
cosas fueron aprovechadas. Pero la encíclica es del papa, no es mía. Lo nuevo
de la encíclica es superar la visión de la ecología como ambientalismo. No es
una encíclica verde, es una encíclica de la ecología integral, política,
económica, espiritual, no solamente de la relación con la naturaleza. El papa
parte ya del nuevo paradigma.
¿Hay algún cambio con este papa
en la iglesia respecto a la Teología de la Liberación?
La Teología de la
Liberación tiene varias tendencias. En Argentina a raíz de la represión militar
y la furia antimarxista no utilizaba ninguna categoria de clase, pero era la
teología del pueblo oprimido y la cultura silenciada. Es lo mismo. Y Bergoglio
nunca fue contra la Teología de la Liberación. Fue siempre del lado de los
pobres que son oprimidos, a favor de la justicia social.
Pero usted mismo había
criticado a Bergoglio como un exponente de conservadurismo de la Iglesia,
alguien que apoyó al régimen militar argentino que cometió crímenes de lesa
humanidad. ¿Quién cambió, él o usted?
No hay que olvidar
que (en Argentina) la iglesia Católica es la iglesia oficial del Estado,
entonces todos los obispos y sacerdotes tenían dificultad en oponerse al
régimen. Y Bergoglio sufrió con eso. Pero no se puede decir que él
sencillamente ha adherido a eso. Ha salvado a muchísimas personas, como
jesuitas que envió a Brasil, Uruguay y otras partes. Pero la Iglesia como sigue
hoy todavía es en gran parte conservadora, a excepción de algunos.
En 2005 usted no opinaba eso.
Cuando el diario "Página/12" le preguntó sobre la candidatura del
cardenal Bergoglio, dijo que debía ser descartada ad limine, porque "un
papa no puede haber estado ligado a los militares como lo estuvo él"…
Pero eso es de 2005.
Estamos en 2015. Hay 10 años de diferencia. No doy valor a eso. Estaba pensando
que en el contexto global era difícil que viniera alguien de América Latina —en
Chile era mucho peor, en Brasil menos— donde de alguna manera muchos habían
colaborado con regímenes porque eran anticomunistas, por temor al comunismo,
etcétera. Pero no era en el sentido de decir que Bergoglio estaba comprometido;
pertenecía a una Iglesia que en su conjunto tiene mucho que pedir perdón al
pueblo argentino por no haber sido suficientemente profética y denunciadora de
los crímenes.
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