Baltimore, Maryland, EE.UU. La Guardia Nacional se
distribuyó por Baltimore el martes y cientos de voluntarios comenzaron a
limpiar las calles de cristales rotos y escombros, al día siguiente de los
disturbios que estallaron tras el funeral de un hombre negro que falleció bajo
custodia de la policía.
Las calles estaban
tranquilas en la mañana, pero las autoridades
permanecían alerta ante la
posibilidad de otro brote de saqueos e incendios provocados.
La ciudad se encuentra
bajo un toque de queda desde las 10 p.m. a las 5 a.m., todas las escuelas
públicas no abrieron sus puertas y los Orioles de Baltimore cancelaron su
partido del martes por la noche en Camden Yards. Elementos de la Guardia
Nacional equipados con cascos rodearon el ayuntamiento, resguardados tras
barreras de metal.
"No vamos a
permitir que se repita lo que ocurrió anoche", afirmó el gobernador Larry
Hogan tras visitar un vecindario de West Baltimore en el que había automóviles
quemados y ventanas destrozadas en esta ciudad de Maryland.
"Vamos a
asegurarnos de que encarrilamos de nuevo a Baltimore".
Hogan dijo que hay
"un par de miles" de efectivos de la Guardia Nacional y policías en
Baltimore, y que muchos más vienen en camino.
Es la primera vez que la
Guardia Nacional es convocada para apaciguar disturbios en Baltimore desde
1968, cuando algunos de los mismos vecindarios estuvieron en llamas durante
días tras el asesinato del reverendo Martin Luther King Jr.
En la Casa Blanca, el
presidente Barack Obama dijo que la muerte de varios hombres negros a manos de
la policía es "una crisis que se ha desarrollado lentamente". Sin
embargo, añadió que "no hay excusa" para la violencia en Baltimore, y
dijo que los saqueadores estaban robando, no protestando, y por lo tanto se les
debe tratar como delincuentes.
A medida que los
bomberos rociaban los incendios aún en brasas el martes, muchos habitantes
lamentaron el daño infligido por los inconformes a sus propios vecindarios.
Cientos de voluntarios
ayudaban a los tenderos a limpiar sus establecimientos al tiempo que agentes
con cascos bloqueaban una franja de la Avenida Norte en el vecindario donde
Freddie Gray, de 25 años, fue arrestado anteriormente este mes en un caso que
se ha convertido en el punto álgido más reciente en el debate nacional en torno
al uso de la fuerza letal por parte de la policía en contra de hombres negros.
Algunas tiendas de
ferretería donaron bolsas de basura y escobas, y trabajadores municipales
arribaron con camiones para llevarse montones de basura y cristales rotos.
Los disturbios
comenzaron en West Baltimore el lunes por la tarde —a kilómetro y medio (una
milla) de donde Gray fue arrestado— y para la medianoche se habían extendido a
East Baltimore y a vecindarios cercanos al centro de la urbe y al estadio de
béisbol.
Los alborotadores le
prendieron fuego a patrullas de la policía y a edificios, saquearon un centro
comercial y licorerías, y arrojaron piedras, botellas y bloques de hormigón a
policías antimotines. Estos respondieron ocasionalmente con gas pimienta o
despejaron las calles movilizándose en una formación compacta, hombro con hombro.
El capitán Eric
Kowalczyk dijo que cuando menos 20 agentes resultaron heridos. Casi tres
decenas de menores de edad fueron arrestados y más de 200 adultos se encuentran
detenidos. Un poco menos de 150 vehículos fueron quemados.
"Simplemente nos
superaron en número y en los flancos", afirmó Anthony Batts, comisionado
de la policía. "Necesitábamos tener más recursos allá afuera".
El gobernador no tenía
un estimado de daños por el momento.
Los disturbios fueron
los peores en Estados Unidos desde las turbulentas protestas que surgieron por
la muerte de Michael Brown, el negro desarmado de 18 años que fue baleado por
un policía blanco en Ferguson, Missouri, a mediados del año pasado.
"Yo entiendo el
enojo, pero lo que estamos viendo no es enojo", se lamentó Stephanie
Rawlings-Blake, alcaldesa de Baltimore. "Es la alteración de una
comunidad. La misma comunidad que dicen les importa, la están destruyendo. No
es posible conjuntar las dos cosas".
Gray fue arrestado el 12
de abril tras huir corriendo al ver a la policía, han dicho las autoridades.
Fue sujetado en el piso, esposado y colocado en una camioneta de la policía.
También le fueron esposadas las piernas cuando se puso iracundo en el interior.
Una semana después
falleció a consecuencia de una lesión en la médula espinal.
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