Por Félix Betances
El título de este comentario luce como una paradoja,
palabra que significa idea contraria a lo común, o sea, dicho en palabras
sencillas, engaño.
Esto así, porque en cualquier parte del mundo los
políticos debieran representar las grandes esperanzas de los pueblos a los que
aspiran dirigir, y donde en cambio, en la mayoría de los países sub-desarrollados y
en vías, no de desarrollo sino de atraso, como el nuestro, todo
lo que vivimos es la negativa esperanza de llegar al poder, para continuar
descuartizando al sufrido y desamparado pueblo dominicano.
Pasando revista ligeramente al panorama político
dominicano, nos encontramos con un Presidente del País, el LIC. Danilo Medina
Sánchez, que ha querido hacer un buen gobierno, pero que su partido, dirigido
por el Dr. Leonel Fernández, quien a todas luces parece que no podrá vivir sin
ser Presidente, lo ha maniatado poniéndole una especie de “Narigón”, que le ha
impedido moverse y actuar con las libertades que amerita ese elevado Cargo.
Esto ha impedido que el Presidente Medina haya
definido su situación de si procurara o no una re-postulación presidencial, lo
cual, de aceptarla, crearía un Maremoto dentro de esa organización.
Vemos al Dr. Leonel Fernández en una situación de
desespero, que aun enfrentando un panorama sombrío frente a acusaciones que no
se ha dignado de desmontar por la vía judicial correspondiente, se dispone a
iniciar una campaña electoral, a sabiendas de que no es el mejor momento para
hacerlo, antes de aclarar su real situación; o sea que de iniciar su campaña en
estos momentos, se expondría a sellarla con las mismas emociones que le fueron
manifestadas en un anterior encuentro en una ciudad de los Estados Unidos, hace
poco tiempo.
Por otro lado, vemos la situación del novel Partido
Revolucionario Moderno PRM, cuya fiesta podría terminar como lo hemos expresado
antes, como “la fiesta de los monos: a rabazos limpios”. La amenaza ahí
consiste en la tozudez del Ing. Hipólito Mejía, que persiste en imponerse como
el candidato indispensable de esa organización, además de las exigencias que se
generarían al conformarse un grupo convergente, como se propone, donde no será
posible complacer a cada uno con lo que espera obtener.
En el caso del PRD, aunque el Ing. Miguel Vargas
Maldonado se ha mantenido dentro de la institucionalidad partidaria y siendo ya
su candidato a la Presidencia de la República, éste no goza de un Cielo
despejado, debido a sus no menos grises cuestionamientos, y que de hecho sería
blanco de muchos frentes, lo que no le hace ser visto por el pueblo como una
firme esperanza, sino como alguien que continuará siendo más de lo mismo.
No considero relevante hablar del Partido Reformista Social
Cristiano, una fuerza en extinción, por falta de inteligencia de sus dueños,
que de líderes no tienen nada, y donde no existe otra cosa que no sea lo que
dejo el Dr. Joaquín Balaguer.
Todos en su conjunto, en vez de esperanzas lo que
representan es una peligrosa amenaza para el pueblo, lo que hace que decrezca
cada vez más la Fe en el Sistema Político de este cada vez más pobre pueblo, donde hasta para construir una Letrina se gastan 200 millones de pesos y donde
cada año otorgamos a los partidos políticos más de 1500 millones de pesos, la
mayoría de los cuales son utilizados en hacer diabluras injustificables.
¿Esperanzas o amenazas?
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