Por Leonardo Plata.-
La sociedad dominicana parece ser que está atravezando una de sus peores crisis, pero no me refiero a la crisis económica que está afectando a casi todas las naciones del mundo, sino a la crisis de valores, de ética, del respeto, de la solidaridad y sobre todo, a la crisis moral y espiritual que amenaza con destruir la familia dominicana.
Es que la familia, como columna indispensable de toda sociedad, está en decadencia, se están perdiendo los valores de la familia, ya las mayorías de los padres no están criando y formando a sus hijos en
valores morales, éticos, espirituales, lo que se está reflejando en la sociedad, en la vida cotidiana de las personas, en el comportamiento de nuestros jóvenes, envenenado por una cultura foránea, que los incita a las cosas fáciles, al sexo libre, al consumo de drogas y alcohol.
Parece que el actual sistema imperante se ha convertido en un monstruo de siete cabezas, que se está tragando y devorando a nuestra sociedad, como si fuera una presa inofensiva, porque el deterioro moral y espiritual que existe en la familia, en las instituciones, es preocupante y debemos hacer algo, porque no podemos quedarnos con los brazos cruzados, no podemos ser indeferentes, porque estariamos conviertiendonos en cómplices de este declive que amenaza a la familia, y por ende a toda la sociedad dominicana.
Es raro cuando no vemos en los medios de información nacional algún caso donde jóvenes se ven ligados y envueltos en actos delictivos, como robos, atracos, drogas, sicariato, por lo que urge que reflexionemos y hagamos un alto en el camino, y auto criticarnos, como padres, como ente social, como ciudadanos, de que está pasando con nuestros jóvenes, con la familia, que ya se ha ido perdiendo el respeto y el interés por las cosas que realmente nos hacen mejores ciudadanos, como la responsabilidad, la humildad, la solidaridad, la honestidad, el sentido común, entre otros valores importante para el desarrollo integral de las personas.
Fue de gran impacto para todos, la muerte en un enfrentamiento con miembros de la policía nacional, de dos hermanos que cayeron abatidos a tiros, y quienes estaban inmersos en el bajo mundo de la delincuencia.
Estos jóvenes, hijos de padres profesionales, de gente con cierta comodidad económica, pero que al parecer se les fue de las manos, la crianza, la formación de estos muchachos.
¿Que está pasando con la familia?, ¿cómo es que estamos educando a nuestros hijos e hijas?, les estamos dando muchas cosas materiales, pero no les estamos inculcando valores, principios, respeto, amor, entre otras importante virtudes.
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