Nota de prensa enviada a La Caracola
El
expositor inició su charla destacando el conjunto de sinergias desarrollistas
que experimentó la demarcación en su período de
mayor crecimiento económico y
social durante varias décadas del siglo pasado, señalando cómo hombres y
mujeres se empoderaron para convertir a Barahona en una de las economías
pujantes de la República Dominicana, especialmente en el período 1920-1970.
Resaltó
el charlista el impacto positivo de la instalación del Ingenio Barahona, el
cual vino a sumarse a los esfuerzos que ya desarrollaban los productores de
café, los exportadores de madera, medianas empresas manufactureras y los
productores agropecuarios diseminados en el Valle de Neyba y en las zonas
montañosas de la provincia.
Recordó
que los efectos positivos de este proceso requirieron aumentar el número de
escuelas y profesores y las apertura de institutos comerciales. También se
construyeron cines, áreas deportivas, balnearios y parques. Se fomentó la
cultura y el Arte, los clubes y surgieron periódicos.
Expuso
que en adición a este proceso, se impulsó
la expansión urbana de la ciudad de Barahona y la ampliación del puerto.
También se construyeron carreteras y caminos vecinales hacia las zonas
productivas.
Precisó
Gautreaux que a mediados de la década de los años cincuenta del siglo pasado,
se realizaron importantes inversiones en las minas de sal, travertino y yeso,
así como en la producción de algodón, lo que a su vez generó más empleo y
fortaleció el sector comercial, servicios y transporte.
En
su exposición, el economista barahonero recordó que después del 1970 el modelo
agrominero de exportación barahonero comienza a dar signos de agotamiento,
debido a numerosos factores, incluyendo la falta de capitales frescos y la
politiquería, llevando a la quiebra las compañías de esos renglones
productivos, “las cuales abarrotadas de políticos y botellas hicieron naufragar
una por una las compañías radicadas en la provincia”.
“Mientras
eso ocurría, otras naciones reforzaron y modernizaron sus empresas
exportadoras, lo que profundizó la crisis de
las empresas públicas barahoneras, algunas de
las cuales debieron cerrar, arrastrando la provincia a una crisis sin
precedentes”, aseguró el conferencista.
Manifestó
que junto a estos fenómenos, la prohibición del corte de maderas, así como los
continuos ciclones en las zonas cafetaleras y el desarrollo de enfermedades en
este cultivo, llevaron a la quiebra a centenares de pequeños y medianos
productores, lo que empeoró la ya crítica situación.
A
su juicio, con la debacle financiera del ingenio Barahona, la Algodonera, Sal y
Yeso y la mina de Travertino de Vicente Noble, aumentó bruscamente el desempleo
y se produjo una migración masiva de barahoneros y barahoneras, especialmente
adolescentes y adultos que se trasladaron hacia otros puntos del país y del
extranjero.
Este
cuadro produjo presiones importantes sobre el clima de seguridad pública y
aumentó la delincuencia. Al mismo tiempo, mucha gente retornó al consumo
de carbón y leña, afectando nuestros recursos
boscosos, que ya estaban siendo presionados por las necesidades de
la población haitiana de las regiones fronterizas.
A
juicio del expositor con el advenimiento del presente siglo surgen algunas
señales que comienzan a cambian el panorama reinante que poco a poco van
conformando una nueva convergencia desarrollista público-privada que al cabo de
varios años de esfuerzos, comienzan a verse sus frutos.
Dentro
de éstos señala que la culminación de los trabajos del PLANBÁ, la conformación
de la nueva Cámara de Comercio de Barahona, la
ejecución de importantes iniciativas por parte de la Asociación de Municipios
de la Región Enriquillos-ASOMURE, el inicio real de la construcción de la Presa
de Monte Grande, el Acueducto del Valle de Neyba, la reconstrucción y
ampliación de la carretera Barahona-Enriquillo y Barahona-Azua-Baní, así como
las proyectadas circunvalaciones para acortar la distancia y tiempo de Barahona
con el resto del país.
Comentó
la importancia estratégica de pensar provincialmente, integrando todos los
Municipios y Distritos, y destacóla necesidad de instalar agencias del Banco de
Reservas en Paraiso, y Cabral . Al mismo tiempo expresó la necesidad de pensar
regionalmente, abarcando también las provincias de Azua y San
Juan, con las cuales se entrecruzan intereses comunes.
Apuntó
también la necesidad de que los sectores productivos y de servicios de la
provincia deben reclamar que Barahona sea incluida en todos aquellos programas
de fortalecimiento de las capacidades empresariales que se ejecutan con fondos
gubernamentales y de organismos internacionales, lo
que traerá como resultado incrementar la competitividad de los recursos humanos
de la demarcación, a nivel Ejecutivo, técnico y de la mano de obra.
Al
clausurar la conferencia, el Presidente del Club Rotario, Carlos J. Vidal
Lassis saludó de manera muy particular la nutridad presencia de importantes
comerciantes y el Alcalde de Paraiso, que gestionan la
instalación de la Agencia del Banco de Reservas para ese Municipio, por lo que
expresaron su agradecimiento al Lic. Gautreaux Pineyro, quien recientemente
publicó un trabajo exponiendo esa necesidad.
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