“Ambas partes conversaron ampliamente sobre áreas en las que hay
cuestiones pendientes e interés”, dijo tras la reunión un portavoz del
Ejecutivo surcoreano, quien aseguró que la delegación de Corea del Norte
“accedió a la propuesta” de Seúl de llevar a cabo una nueva ronda de diálogo
que podría concretarse a finales de octubre o inicios de noviembre.
Corea del Sur lleva meses reiterando su voluntad de dialogar con
el hermético régimen después de que ambos países celebraran en febrero su
primera reunión formal en siete años. La histórica cita permitió una semana
después que se organizaran varios encuentros entre familias separadas por la
guerra, que afectó a la península entre 1950 y 1953 y se saldó con un
armisticio que restauró la frontera cerca del paralelo 38. Tras el
acercamiento, el Sur vislumbró la posibilidad de destensar las relaciones y
continuar con el diálogo, pero el Norte se negó por “no tratarse de un momento
propicio”. Pyongyang había pedido al Sur que cancelara las maniobras militares
conjuntas entre Seúl y Washington y que levantara las sanciones económicas para
reanudar las conversaciones.
2014 ha sido un año lleno de altibajos entre ambos países. Tras
el hito conseguido en febrero, un mes después los respectivos ejércitos intercambiaron fuero real en su frontera marítima en disputa
después de que el norcoreano lanzara proyectiles en una zona conflictiva y el
Sur respondiera de la misma manera. En los últimos meses Corea del Norte ha
seguido lanzando misiles de corto alcance. Uno de ellos coincidió con la visita
del papa Francisco a Corea del Sur en agosto.
El anuncio de este acuerdo de diálogo ocurre tras más de un mes
sin saber del paradero del líder norcoreano, Kim-Jong un. El líder
supremo no aparece en público desde el 3 de septiembre, cuando acudió con su
mujer a un concierto de un grupo local. Su desaparición no es extraña en un
país que no se presta a demasiadas explicaciones ni dentro ni fuera de sus
fronteras. La novedad radica en que, de forma inédita, la televisión estatal
admitió que Kim sufría “algunas molestias”, pese a las que “continúa saliendo y
liderando al pueblo", recitaba el narrador del documental mientras se
mostraban imágenes antiguas del líder norcoreano cojeando durante una visita a
una fábrica. La instantánea fue suficiente para dar cancha a las
especulaciones. Uno de los mayores periódicos surcoreanos, Chosun
Ilbo, publicaba el martes que a mediados de septiembre Kim se
sometió a una operación en un hospital de Pyongyang tras haberse fracturado
ambos tobillos, una lesión provocada por "su extensa gira por fábricas y
bases militares”.
Según la agencia oficial surcoreana, la causa de la ausencia de
Kim Jong-un durante el último mes se debe a que podría padecer gota, de ahí su
visible cojeo. La enfermedad podría estar condicionada a la genética (su abuelo
Kim Il-sung y su padre Kim Jong-il también la sufrieron) pero su desencadenante
se debería a un estilo de vida poco saludable.
Ciertamente, las imágenes evidencian que el joven dictador ha
ganado peso desde que cogió las riendas del país a finales de 2011. “Entiendo
que padece gota junto con hiperuricemia [aumento de los niveles de ácido úrico
en la sangre], hiperlipidosis (subida de los niveles de lípidos), diabetes y
presión arterial alta”, aseguró una fuente anónima a Yonhap. Ninguna de estas
posibilidades ha sido confirmada ni se prevé que se haga tratándose de Kim Jong-un,
venerado como un semidiós dentro de las fronteras norcoreanas.
Fuente: Periódico El País.-
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