Benny Rodríguez*
En 2014, el Papa Francisco alertó a un grupo de periodistas de
la cadena de televisión italiana de la Iglesia, sobre los pecados de los medios,
reiterando la importancia de preservar la comunicación social “de todo de lo
que la deforma y la doblega”.
En su encuentro con los colegas italianos, el Santo Padre, a
quien seguimos desde aquella frase en El Vaticano de, “Habemus papam”, cita como un
primer valor de la comunicación de los periodistas, el “valor de hablar a la
cara, con franqueza y libertad”.
Del evento del que le hablo, Francisco exhortó a evitar los
pecados de los medios de comunicación: “La desinformación, la calumnia y la
difamación”.
Como muy bien lo dice el Papa Francisco, nosotros los periodistas
debemos despojarnos de ese lastre que no son los valores que debemos
promocionar, difundir, contribuir a que las cosas de la sociedad mejoren y que
nuestros gobernantes y gobernados asuman su papel en la sociedad.
Es necesario que nuestro ejercicio periodístico se oriente a la
búsqueda de información que contribuya al mejoramiento de la sociedad, no con el
fin exclusivo de que quienes ejercen la profesión se lucren. La calidad de las
informaciones y la objetividad, no deben perderse.
Debemos los periodistas rechazar todo ejercicio orientado a
promover no valores o que contribuyan con los pecados señalados por el Santo
Padre.
Evitemos caer en un ejercicio del periodismo en que no esté
presente el equilibrio, pero sin dejar la prudencia. El periodista debe ser
prudente, pero sin miedo, porque el fin debe ser contribuir con la sociedad.
*El autor es secretario general de la filial Barahona del CDP.-
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