Por Rafael Matos Féliz
3. Formación de la Sociedad Ecológica de Barahona (SOEBA)
En la entrega
anterior, señalamos que la formación de la SOEBA, devino básicamente por la
situación generada por la oposición al recibo de materiales cancerígenos,
dañinos y mortales para la salud humana, animal y vegetal, haciéndolos pasar
por heces fecales o lodo cloacal, para ser depositados en la Sabana de Sansón
en Oviedo.
Varias personas,
especialmente ligadas al Centro UASD-Barahona, iniciaron acciones que
permitieran conformar un grupo compacto que trabajara de manera honorífica,
para llevar concienciación a todos los municipios, distritos, secciones y
parajes de la región. Entre esas personas se cuentan: Maritza Féliz, Rubén
Dominici, Paco Heredia, Dany Virgilina Féliz, las maestras Violeta y Reyita,
doña Nidia Espinosa, Osvaldo Jiménez.
Posteriormente se integraron,
Buenaventura González (El Taira), Celso Gómez, Manolo Sánchez y otros.
Después de conformada
la SOEBA (17 de agosto del 1984), recorrimos toda la región y fue de esta forma
que motivamos la formación de otros quince grupos conservacionistas en sendas
localidades regionales. Se constituyeron los grupos conservacionistas de
Pedernales, Oviedo, Enriquillo, Paraíso, San Rafael, Cabral, Duvergé, Póstrer
Rio, Jimaní, Descubierta, Villa Jaragua, Cristóbal, Neyba, Tamayo y Vicente
Noble.
En esas actividades
encontramos aliados fundamentales, como maestros, la iglesia católica, las asociaciones
campesinas (ganaderas y agrícolas), estudiantes, amas de casas y algunas
autoridades locales. De esta forma se logró motivar a los comunitarios, pero
como contraposición a ello, las autoridades nacionales siempre fueron blancos
de nuestras críticas y enfrentamientos por la defensa de la vida y los recursos
naturales y eso así, porque es una malsana e inmoral costumbre la alianza de las
autoridades con los poderosos, para depredar y no con los humildes para proteger.
Un ejemplo de lo
último que señalamos más arriba, lo fue el caso de la violación del barco Lefkimmi, de matrícula hondureña, cuyo dueño era un tal Aristoteles Andropoulus. Este
señor violentó todas las normas ambientales y la ley 218, al depositar desechos
del barco en el cruce de Cabral. Desechos estos de características desconocidas
y con un muy fuerte olor a sustancias químicas y en deterioro, que hacia
insoportable respirar cuando los camiones cargados con esa carga, pasaban por el
centro de la ciudad.
La Ley 218 prohíbe la introducción al país, por
cualquier vía, de excrementos humanos o animales, basuras domiciliarias o
municipales y sus derivados, cienos o lodos cloacales, tratados o no, así como
desechos tóxicos provenientes de procesos industriales o no. Dicha ley fue una
respuesta del lodo cloacal de Oviedo.
Nuestra queja llegó hasta los tribunales
y ello determinó
que se dispusiera un proceso judicial. En el mismo, presentamos fotos de los
camiones cargando el material del barco, así como también fotos del depósito,
hubo testigos que hablaron del hedor y los propios camioneros que cargaron la
carga “bendita”, confesaron que la llevaron y la depositaron en el cruce, pero
pusieron la coletilla de que “eso no era
nada, solo tenía mal olor, pero nadie se ha muerto, entonces para qué tanta
bulla”.
En la última
audiencia, el abogado del dueño del barco, que lo era el Dr. David Vidal, nos
acusó de estar en contra del desarrollo y de inversionistas extranjeros, que
éramos unos enemigos del progreso y del turismo. Por su parte, los camioneros
dijeron que nosotros estábamos opuestos a que ellos se ganaran su comida. La
sentencia del Juez fue que no se había comprobado ninguna violación por parte
del propietario del barco y fue descargado. La SOEBA fue condenada a pagar las
costas penales.
La misma noche de esa
fatídica sentencia, el barco desapareció y no se pudo apelar ni continuar el
caso, porque ya el acusado no estaba, se había ido. Los comentarios que eso
generó duraron varios meses y se dijo que hubo de todo por debajo de la mesa,
cosas que yo desconozco. Recuerden amigos que no sé de eso, pues no soy
abogado.
Como se puede ver, no
es ahora que se nos acusa de estar en contra del desarrollo. Eso ha sido
siempre, pero lo bueno de todo esto, es que los que nos acusan no pueden
presentar un solo ejemplo de sus gestiones desarrollistas, a menos que no sea “¿Dónde está lo mío?”. Jejeje.
Hasta la próxima.
Rafael Matos Feliz
Por el Desarrollo Sostenible
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