Por Omer Pardillo Cid
(Hace un par de días concluyó la presentación de una serie dedicada a la vida de la desaparecida artista cubana Celia Cruz, y uno de sus más cercanos colaboradores ha emitido algunos juicios críticos sobre la misma. La Caracola recibió un artículo escrito por el señor Omer Pardillo Cid, quien manejó la carrera artística de la morena que al grito de "AZÚCAR", hizo mover muchas caderas en América y otros continentes, el cual copiamos aquí íntegramente).
CELIA: La Ficción más allá de la Realidad
Apoyado en la lealtad que le debo a Celia de la Caridad Cruz, me
veo en el deber de aclarar ciertos puntos sobre la serie de televisión
producida por RCN y FoxTelecolombia inspirada en la vida de Celia Cruz.
En el verano del 2012, me contactó una oficina de abogados del
canal RCN Colombia, y me propuso hacer un serial de TV basado en la vida de
Celia Cruz. Desde un principio fui muy claro y les dije que la vida de Celia
era una larga carrera llena de triunfos, pero también de mucho sacrificio y
esfuerzo; mi primera inquietud, y se los hice saber, fue cómo sería posible
mantener al televidente
asido, noche tras noche, cuando su vida, a pesar de las
vicisitudes, nunca se caracterizó por escándalos, como ya es tan común por
estos días.
Ellos me explicaron que se inventarían personajes antagónicos
para proveer a la serie de cierto drama y me dijeron que contaban con
excelentes escritores para hacer este trabajo. Mi entrevista con uno de los
escritores, Andrés Salgado, fue de varias horas y al término de la misma, me
dijo que yo no le había contado nada “jugoso” de la vida de Celia Cruz que
sirviera como material para desarrollar algún personaje conflictivo. Yo
entregué una lista de personas para ser entrevistadas que sí se relacionaron
directamente con Celia. De ésa, muchas no fueron contactadas como es el caso de
Linda Becquer, Francisco Hernández, Gladys Rodríguez Dod, Elia Pérez de Alejo,
mejor amiga de Celia, la familia de Pete “El Conde” Rodríguez, Sra. Olga
Chorens y Rolando e Gilda Columbié, por nombrar algunos.
La producción dispuso entrevistar a personas que ellos
consideraron, a libre arbitrio, y al ver ahora toda la serie, me percato que la
mayoría de los entrevistados formaron una fantasía malintencionada sobre la
vida de Celia, acción que justifican al inicio cuando anuncian que la serie es
un "producto de ficción".
La producción, por propia decisión, determinó excluirme desde
noviembre del 2012 hasta octubre de 2014 de todo lo concerniente a la
realización de la serie. Me enteré por terceras personas que estaban haciendo
castings, y que finalmente había comenzado la filmación. En el mes de octubre
del 2014, Paulo Simeon, representante de la cantante cubana Aymeé Nuviola quien
interpreta a Celia adulta, visitó FoxTelecolombia y una de sus preguntas fue:
"¿Cuál es la participación de Omer Pardillo-Cid, albacea universal de
Celia Cruz?" Fue en ese momento cuando la producción decidió involucrarme
y hacerme saber qué estaba pasando con la serie.
Viajé a Bogotá en noviembre del 2014 y me entrevisté con los
productores que me dan acceso a ver algunos extractos de los primeros
capítulos. Después de aclarar algunos puntos, tuve conocimiento de que el Sr.
Luis M. Falcón había sido entrevistado, sabiendo, porque es de conocimiento
público, que con él, ni la familia de Celia, ni la de Pedro Knight, ni yo,
tenemos relación desde hace muchos años. Yo, como ejecutor del Patrimonio de
Celia Cruz nunca hubiese dado la autorización a ningún proyecto donde estuviese
involucrado ese señor.
En un contrato firmado el 11 de octubre del 2012 con RCN
Televisión S. A autorizando el nombre de Celia Cruz para esta serie, se
específica en el Articulo 8.1, y cito: “Se obliga a conservar el buen nombre de
Celia Cruz en la obra audiovisual”, lo cual respetaron hasta cierto punto.
Porque dentro de su familia incorporaron a un personaje rival llamado Noris,
que representa a la hermana de Celia Cruz, un personaje de ficción, pero con
datos reales de una de las hermanas de Celia Cruz como son: la muerte de un
hijo y la convivencia en México con una gran cantante cubana. Esto implica una
traslación de la persona "real" al personaje “ficticio”.
Celia Cruz mantuvo su vida personal y la de su familia al margen
de escándalos y de los medios. Recuerdo que en conversaciones con Amparo López,
productora ejecutiva de la serie, ambos aclaramos que el personaje antagónico
en la familia recaería sobre una supuesta prima, pero en el transcurso de la
serie hay una implicación directa con su hermana, lo cual, a mi entender es
irrespetar la vida privada y el buen nombre de Celia, algo que mantuvo incólume
a todo lo largo de su carrera artística.
Uno de los grandes errores de la novela, es crear un personaje
llamado Lola Calvo basado en la vida de la cantante La Lupe y aclaro: Celia
nunca mantuvo relación personal con La Lupe. Coincidieron en contadas
ocasiones, pero nunca tuvieron puntos de similitud. La vida de la Lupe por su
significado en la historia de la música debe respetarse. Hay un momento, que al
personaje de Lola se la otorga más protagonismo que a la propia Celia, y esto
ha sido manifestado por la teleaudiencia.
Otro elemento de ficción, que deviene en factor de carácter
difamatorio, es el personaje de Olga Guillot, otra leyenda de la música cubana,
denominada en la telenovela como “María, La Bolerista”. Con ella sí Celia tuvo
una larga relación personal, una estrecha amistad que respetó desde el inicio
de la carrera de ambas. La serie no refleja esos puntos con autenticidad.
No puedo dejar de mencionar, desde mi perspectiva, algunos
aspectos positivos del serial:
Ha revitalizado la vida y el legado de Celia para las nuevas generaciones.
Estoy seguro de que si de algo Celia puede sentir orgullo, es la forma que se plasmó la parte de "los barbudos". Tuvieron la valentía de denunciar las atrocidades de la Revolución.
Desde el capítulo 1 hasta el 60, la serie mantuvo una excelente producción, y un magnífico trabajo actoral. La esencia de Celia fue magistralmente captada por la actriz Jeimy Osorio, la época dorada de la Sonora Matancera, la elegancia de nuestra Cuba de los ’50 y la importancia de México en la vida de Celia.
Quiero agradecer a Tony Martínez, por su trabajo de estilista en la segunda parte de la novela. Supo copiar su estética y ayudó tremendamente a la percepción visual de la producción.
Ha revitalizado la vida y el legado de Celia para las nuevas generaciones.
Estoy seguro de que si de algo Celia puede sentir orgullo, es la forma que se plasmó la parte de "los barbudos". Tuvieron la valentía de denunciar las atrocidades de la Revolución.
Desde el capítulo 1 hasta el 60, la serie mantuvo una excelente producción, y un magnífico trabajo actoral. La esencia de Celia fue magistralmente captada por la actriz Jeimy Osorio, la época dorada de la Sonora Matancera, la elegancia de nuestra Cuba de los ’50 y la importancia de México en la vida de Celia.
Quiero agradecer a Tony Martínez, por su trabajo de estilista en la segunda parte de la novela. Supo copiar su estética y ayudó tremendamente a la percepción visual de la producción.
Del capítulo 60 en adelante, se sufre el desatino cronológico;
la inclusión de actores sin un bien logrado elemento de continuidad, tan
importante en las novelas de naturaleza dramática; la incongruencia absoluta de
hechos que sucedieron en la vida real con escenas de la serie; las
imprecisiones de personajes, y el vacuo nivel de producción que dista mucho de
la calidad del inicio.
El tratamiento del personaje de Celia Cruz, en general, va en
detrimento de ella, donde muchas veces se percibe muy ingenua. Para todos los
que conocimos a Celia fue engorroso verla en ese papel que no tenía nada que
ver con la persona. Ella fue una mujer humilde, de buen corazón, ayudaba a todo
el que podía, pero en ningún momento se dejaba vejar por otras personas y mucho
menos proyectarse en comportamientos que solamente pueden describirse como
necios y fatuos.
No había emitido mi opinión, porque quería tener una visión
completa de la serie y estar convencido de todas y cada una de estas líneas.
Creo haber hecho una crítica bastante objetiva, teniendo en cuenta mi
responsabilidad decretada en vida por ella misma: tengo que mantener su nombre
en alto como he demostrado que soy capaz. Como ejecutor, nunca tuve el control
creativo del contenido final. Hubo un 40 % de realidad y un 60 % de fantasía
que va allende los márgenes de la ficción, porque llega a ser en muchas
ocasiones una absoluta difamación. En esta ocasión creo que fallé porque nunca
debí haber firmado un contrato donde su patrimonio no tuviese el control
absoluto del trabajo de contenido. Por esto me siento decepcionado.
Donde quiera que ella esté, sabrá cubrir este error con el manto
de su risa y la magia de su música, esa música que lograba hacer feliz a todos
los que la rodeaban y escuchaban. A pesar de todo, lo que es indudable es que
ella, su nombre y su legado están muy por encima de todo esto. La Reina
sobrevivirá.
Omer Pardillo Cid
Edgewater, New Jersey
Edgewater, New Jersey
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