Por Clemente Terrero*
En estos momentos, el Colegio Médico Dominicano se encuentra sumergido en una profunda crisis jamás vista en la vida gremial, por la postura que han asumido los lideres de las principales corrientes con candidaturas que se enfrentarán en las elecciones a celebrarse el 12 de noviembre de este año.
El interés de controlar la comisión electoral, es lo que ha generado esta crisis, como si se entendiera que para ganar las elecciones es necesario contar con la mayoría de los titulares que componen dicho organismo. Con esa intención se ha trabajado, hasta crear esta situación, no entendemos ninguna otra razón que no sea esa.
Hay una histeria colectiva por el problema de la comisión electoral, la cual es una preocupación de la membresía del colegio, quienes se cuestionan sobre la razón que motiva a los dirigentes a tener esta postura tan intransigente, que no ha permitido que nos pongamos de acuerdo para resolver esa peligrosa situación.
El mensaje que le enviamos los dirigentes a los médicos dominicanos es muy negativo y frustrante, que pudieran sentir decepción por la conducta irracional que exhibimos.
Las contradicciones de las fuerzas gremiales han llegado a su máximo nivel de antagonismo en esta lucha de intereses de cada sector, poniendo en riesgo todo lo que se tiene, apostando al todo o nada, no ha valido ninguna razón ni explicación que los haga entender la gravedad del momento.
Estamos conscientes de que el diálogo es la mejor forma de darle respuesta a una crisis, pero estamos tan ciegos, tan sordos y tan mudos, que ese recurso tan valioso ha sido rechazado a pesar de ser la alternativa más viable, por el contrario, hemos apelado a la confrontación, a usar la fuerza mecánica, para imponerse y avasallar.
Es razonable que en unas elecciones los candidatos tiendan a sentirse representados en cada organismo electoral, para ser testigo de los hechos y garantizar unos resultados creíbles. En un proceso democrático la transparencia es un factor de capital importancia para legitimar los procesos.
En la mesa de negociaciones con los candidatos, hemos planteado siempre que lo que más conviene a todos es que se elija una comisión electoral consensuada, confiable y transparente, que las partes involucradas se sientan seguras y representadas, que no haya temor de que se incline a favor de ningún candidato, compuesta por personas honestas y responsables.
Nuestro gremio está en una grave crisis producto de la postura radical y la sin razón de los principales dirigentes de las fuerzas que compiten en este proceso, postura que es entendible, pero que no debe desbordarse a tal punto que lesione la imagen de nuestro centenario gremio.
En este momento se necesita de un liderazgo responsable, que dé la cara, que no se deje arrastrar por la pasión, que deponga sus interés particulares en aras de preservar nuestra institución, que tanto sacrificio nos ha costado, la cual representa los intereses colectivos de todos los médicos dominicanos.
No permitamos que nuestro gremio colapse, trabajemos siempre porque prevalezca la armonía y la Paz, superando esta crisis, no entendemos ninguna otra razón que no sea esa.
Al finalizar este artículo, pudimos llegar a un consenso. Saludamos la decisión conjunta de los candidatos que participan en estas contienda electoral, de escoger una comisión electoral independiente, compuesta por pasados presidentes de nuestro gremio.
¡QUE VIVA EL CMD!
*El autor es gremialista histórico y militante activo del Colegio Médico Dominicano (CMD), candidato a la presidencia de dicho gremio.
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